Para este día nuestro coordinador nos propuso traer tres objetos de casa, que fueran especiales para nosotros, que de alguna manera nos representaran. Desde la incertidumbre y duda por no saber muy bien qué elegir, así lo hicimos.

El día de la actividad, metimos nuestros objetos personales en una caja, después salimos, uno a uno, al centro de la clase, para explicar al resto la importancia que tenían esos objetos para nosotros.

La emoción fue “in crescendo”, se generó tal clima de intimidad y sinceridad que nos llevó a llorar y a reír por igual. Afloraron historias de hermanos, de países de origen, de lugares nuevos y antiguos, de anhelos e infancia. 

Hubo mucha implicación y generosidad, y hasta la que no tenía pensado emocionarse, se sorprendió llorando, diciendo “ ¡pero si yo iba a explicar algo gracioso!”.

Valoramos mucho esta actividad porque nos ha permitido conocernos más, a nosotros mismos y a los demás, y como afirmaron algunos, ha sido un antes y un después para nuestro equipo.

Gracias a José, por ser el primero en salir a la palestra y marcar el ritmo de lo que vendría después.