PASADO, PRESENTE Y FUTURO

 

Con este artículo pretendo hacer visible a los/as lectores/as de  la responsabilidad directa que tenemos para poder variar nuestros propios juicios de valor, nuestros sentimientos, pensamientos y estados emocionales. Ciertamente las experiencias vividas, determinarán en nosotros una manera de pensar, sentir y percibir. A veces productivas (tendentes al crecimiento personal) y otras destructiva (generadoras de pesimismo y malestar). 

La identificación y el análisis constante de nuestro estado emocional nos ayuda a transformar lo negativo en positivo y conseguir asumir las riendas de nuestra vida adquiriendo la necesidad de seguir siempre adelante, siendo los/as protagonistas de nuestras propias decisiones y acciones. Para ello quiero hacer referencia a Rafael Echevarría uno de los padres del coaching ontológico, que nos habla de los cuatro estados emocionales que podemos desarrollar las personas en relación a como vemos nuestro pasado, presente y futuro. Esos cuatro estados son Resentimiento, Resignación, Aceptación, Ambición. Palabras, conceptos que utilizamos diariamente pero sin ser conscientes de donde nos posicionan según habite en nosotros uno u otro.

Cuando NO ACEPTAMOS nuestro PASADO, el sentimiento generado es Resentimiento; nos creemos víctimas de una situación injusta. Creemos que nos merecemos algo mejor de lo que hemos obtenido, de lo que nos ha pasado. Siempre hay un culpable, alguien ajeno a nosotros, y no podemos hacer nada para cambiar esta situación. 

Cuando ACEPTAMOS nuestro PASADO, lo comprendemos, pero creemos que no se puede modificar la situación, que no puede hacer nada para afrontar el futuro, el sentimiento generado es Resignación

Aceptación (paz): Es el estado de ánimo contrario al resentimiento. Cerramos círculos, aceptamos aquellas puertas que nos fueron cerradas. No podemos cambiar aquello que ha sucedido, y en vez de mirar al pasado miramos hacia delante. No buscamos culpables, aceptamos las cosas tal y como son. 

Ambición: Este estado se caracteriza por mirar hacia el futuro, se ve un amplio abanico de posibilidades para actuar y se compromete con esas acciones. 

Pues bien, una vez conocidos y comprendidos estos cuatro sentimientos, debemos pararnos a pensar donde nos encontramos, y qué pasos vamos a dar para evolucionar hacia un futuro Ambicioso. Tendremos que pasar del Resentimiento a la Aceptación del pasado. Y de la Resignación a la Ambición del Futuro. Y para variar estos sentimientos, no hay mejores herramientas que la Inteligencia Emocional que me ayude a comprender, sin ocultar, lo que siento. Y el apoyo de un Equipo que nos escuche y rebata nuestro discurso.

“Se dice que un individuo puede vivir cuarenta días sin comida, cuatro días sin agua, cuatro minutos sin aire, pero solo cuatro segundos sin esperanza”.

 

                                                        MARIBEL GIMÉNEZ GIMÉNEZ

                                    Coordinadora de la II LANZADERA DE EMPLEO DE ALMERÍA