Emiliano Agustín Chávez: el argentino polivalente

 

Emiliano Agustín Chávez se fue de la Lanzadera al tercer día de empezar. No es que pensara que esto no iba con él, es que fue contratado por un periodo de 3 meses como promotor de Haribo, para llevar el stock, el inventario y los pedidos y ocuparse del mantenimiento de los expositores.

 

Hace 2 meses ya que volvió con nosotros y no se dio un respiro. En pocos días se había puesto al día y nos había cogido el trepidante ritmo que nos marcamos, apuntándose a todo lo que se proponía con una sonrisa y dedicación y, como siempre en su vida, sin miedo al trabajo duro.

 

Y sin miedo a aprender y enfrentar nuevos desafíos profesionales. Y es que Emiliano ha trabajado lo mismo de encargado en cafeterías y restaurantes, que de oficial de primera en una finca de ganado agropecuario.

 

Antes de volver ya le teníamos colocado en el departamento de emprendimiento, porque él ha sido de esos que emprenden. Hace años trabajó la piel con un socio, pero los tiempos difíciles llegaron y las pieles se convirtieron en fruta. Durante dos años fue propietario de la frutería Iguazú, que acabó dejando para poder conciliar su vida familiar con la laboral.

 

Sus ganas y su compromiso le han llevado a tropezar dos veces con la misma piedra, pero en sentido positivo, y hoy vuelve a ser inserción laboral de la Lanzadera. Él solo quería que le dieran la oportunidad de demostrar que sirve para casi todo, nosotros le decimos que es porque de lo bueno, se repite.