27 de febrero, una jornada inolvidable

Marcado en rojo en nuestro particular calendario de la Lanzadera. Ese día celebramos nuestro evento solidario junto a Red Íncola.

La mañana se presentaba y amanecía gris en lo meteorológico, pero poco a poco se iba a ir despejando. Los miembros de nuestro equipo acudíamos con una mezcla de sentimientos entre expectación y cierto nerviosismo ante un evento de tanta responsabilidad para nosotros y que llevábamos varias semanas preparando y ensayando.

Los integrantes de Red Íncola nos dieron la bienvenida y nos abrieron las puertas de su ‘casa’, la casa de todos los inmigrantes que buscan en esta ONG, una pequeña esperanza, una luz que les guíe en esta tierra que no es la suya, pero que les acoge por distintas circunstancias y de la cual quieren sentirse partícipes, aportando todo su potencial, que es mucho.

Poco a poco y después de los preparativos, fueron llegando los seleccionados. Al principio se les observaba con cierta desconfianza a la vez que expectantes. Nuestros compañeros Pedro y Sara, ejercieron de anfitriones y presentaron el programa Lanzaderas a los integrantes. Unos integrantes de distintas nacionalidades, profesiones, culturas y religiones, pero todos con un objetivo común, que no es otro que encontrar empleo. Tras esta presentación, Mari Luz, ofreció unas pautas de cómo elaborar un Currículum Vitae. Finalizada esta presentación, nuestro compañero, Silvino, trató de romper la barrera de timidez de los participantes con su habitual habilidad oratoria e invitó a los participantes a presentarse y ofrecernos a todos los asistentes la oportunidad de conocer su nombre, su profesión y sobre lo que les gustaría trabajar.

Y comenzó la parte práctica. Dividimos a los integrantes de este particular grupo en dos partes. En la primera parte, la mitad de ellos iban pasando a una sala contigua para ser asesorados por los propios miembros de nuestra Lanzadera de una manera personalizada sobre su Currículum Vitae. Mejoras que a la postre, servirán para redactar y destacar sus competencias y fortalezas. El resto de ellos se quedaron con un servidor, realizándoles una fotografía adecuada para ser, posteriormente, incluida en el nuevo CV. Así hasta que todos pasaron por esta particular ‘consulta’ curricular.

La mañana pasaba y qué mejor momento de hacer un alto en el camino para tomar un café y un refrigerio para tomar fuerzas. A los integrantes de nuestro grupo les esperaba una sorpresa y es que, además de las viandas, nuestro equipo preparó una sesión de ‘team building’, que nosotros ya probamos en nuestra Lanzadera. Con unos simples globos y unas sillas, preparamos una competición en la cual, el objetivo no era ganar, sino arrancar una sonrisa a nuestros compañeros de jornada y que, por unos instantes, olvidaran sus problemas. Y, efectivamente, así fue. Ellos disfrutaron como niños y nosotros más porque definitivamente nos ganamos su corazón y ellos el nuestro con su implicación y ganas de pasarlo bien.

Tocaba volver al trabajo y en el siguiente taller, Sheyla, con la colaboración de Yolanda –experta en imagen- facilitó a los asistentes una serie de pautas de cómo adecuar la indumentaria a una entrevista de trabajo.

Una entrevista de trabajo que iba a tener su parte práctica también. Y es que, la parte final de la jornada, consistió precisamente en eso, en poner en marcha un taller de entrevista real. Poco a poco los integrantes de nuestro equipo se posicionaron para acoger a los miembros del evento y les fueron asesorando sobre cómo actuar en una entrevista de trabajo, aportando las herramientas y conocimiento que hemos aprendido en estos cinco meses de Lanzadera.

El tiempo pasó inexorablemente y la jornada llegó a su fin. Se pasó volando e incluso rebasamos parte del tiempo estipulado, pero no importaba porque ellos iban abandonando el local satisfechos.

Se notaba en el ambiente que habían disfrutado de la jornada y nosotros también. En Red Íncola se mezclaban una serie de sentimientos de felicidad, agradecimiento, solidaridad, implicación que no olvidaremos nunca. El haber ayudado por unas horas a personas que están en una situación complicada, el haber aportado ese granito de arena, hace que, sin duda, todo haya merecido la pena.

Desde la Lanzadera de Empleo FOCO queremos dar las gracias a todos y cada uno de los miembros de nuestro equipo que se implicaron al cien por cien. A nuestra coordinadora, Enma Luque, a todos los miembros de la Red Íncola por cedernos su espacio, su predisposición y su ayuda y, como no, dar las gracias a los participantes que llegaron a la jornada con incertidumbre y se fueron con unas herramientas, que esperemos que sirvan para ayudarles a cumplir su sueño y que ese sueño se haga realidad. Y si ese sueño tarda en llegar, que la sonrisa que se llevaron ese día algunos de ellos, sirva para que puedan afrontar mejor su día a día.