“Cuando hace 18 años me enfrentaba al momento de decidir en qué carrera profesional quería dedicar mi formación lo tuve claro de inmediato. Puede que influyera de alguna manera tantos años despertando con el sonido de las noticias de la radio de fondo y donde los telediarios se convertían en algo rutinario y que nunca faltaban. Ahí empezaba mi responsabilidad que tanto me habían inculcado desde casa y también desde la escuela y en mi mente resonaba la típica frase: “estudia para que el día de mañana tengas trabajo y seas alguien”.

Hoy, 18 años después, pienso que en ese momento nadie me preparó para el futuro laboral que iba a encontrar, un mundo de tantas luces y sombras. Ahora que soy madre mi discurso sería algo diferente. Le diría que la vida laboral no es fácil, que no siempre podemos remar con las mismas fuerzas, que a veces aparecen inclemencias que nos hacen tambalear, que no siempre el trayecto es claro, que en ocasiones incluso puede que nos tengamos que desviar de esa ruta inicial, pero que siempre, siempre, recuerde que nada ni nadie le quite la ilusión de llegar a ese ansiado puerto. Tarde o temprano el puerto aparecerá y si miramos hacia atrás, hacia ese horizonte lejano, recordemos que todo lo que pasó nos sirvió para hacernos más fuertes.

Es en esos desvíos, donde surgió la oportunidad de ampliar mis conocimientos, aproveché para formarme en la rama administrativa y abrir así el campo en la búsqueda de oportunidades laborales. Ya saben lo que dicen, el saber no ocupa lugar y un perfil polivalente te permite adaptarte a las circunstancias de la vida.

Así, con optimismo, con un optimismo que a veces me cuesta encontrar es como trato de afrontar esta búsqueda de empleo. Periodista, Docente y Técnico Administrativo son mis áreas de búsqueda. 

Mi gusto por la docencia viene de esos años de carrera donde una intenta aportar algunos ingresos extra dando clases particulares. En el momento que me gradué cursé el CAP para poder habilitarme. Hoy día puedo decir que como docente tengo mucho que aportar.

Todo lo conseguido me hace pensar que seguiré remando, me reinventaré una y mil veces hasta lograr mis objetivos. Ya saben lo que dice el dicho que el capitán del barco es el último en abandonar, y yo me siento una capitana.