Visitamos YMCA, otra perspectiva en la búsqueda de empleo

En nuestro camino, ya avanzado desde que dimos nuestros primeros pasos en la Lanzadera, hemos recorrido diferentes lugares, paradas, estaciones, puntos de interés que nos han aportado diferentes perspectivas en la búsqueda de nuestro objetivo de mejorar nuestra empleabilidad. En el itinerario hemos visitado empresas, hemos recibido en “nuestra casa” a variados y, ¿por qué no decirlo?, reputadísimos profesionales relacionados de un modo u otro con el empleo, y hemos mantenido contacto con empresas de trabajo temporal convencionales, por decirlo de alguna manera.

Pero hoy hemos tenido ocasión de ser recibidos por una organización… diferente. Una organización que, siendo también una agencia de colocación, y de ahí nuestro interés, es mucho más que eso. Se trata de YMCA, conocida a nivel mundial y con una trayectoria avalada por muchos años de recorrido y muchos países en los que su implantación ha ido dejando huella: tanto YMCA en cada país como también a la inversa, como nos comentaba su técnico de empleo, orientadora y prospectora laboral, Violeta Menor. Ella, junto con alguno de sus compañeros del área de colocación, fue quien nos presentó la institución, algo que le agradecemos porque, aunque es cierto que es conocida y su nombre evoca los años de trayectoria que les sirven como carta de presentación, el detalle de sus orígenes, historia y la importantísima labor social que desempeñan bien merece el tiempo que empleamos en conocer un poco de todo ello.

Conviene empezar aclarando que YMCA no es una empresa, sino una asociación, reconocida y declarada de Utilidad Pública. Como organización no lucrativa, una parte vital de su actividad se nutre de la aportación desinteresada de voluntarios. Gracias a ellos, buscan cumplir con su objetivo, que es la mejora social centrando su atención en la infancia y juventud, especialmente en colectivos desfavorecidos o en riesgo, tratando de que sean menos vulnerables, y buscándoles oportunidades de desarrollo. Para conseguirlo, necesitan ingresos, por supuesto, y los obtienen, por ejemplo, gracias a su experiencia en la organización de campamentos, así como de las aportaciones de entidades públicas y también, cómo no, con los siempre bien recibidos donativos de socios y particulares sensibles a estas necesidades.



En relación con la sensibilidad social que demuestran, tiene cabida su labor como agencia de colocación, que realiza tareas de intermediación laboral, orientación y formación en colaboración con el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). Nosotros aprovechamos la visita para rellenar el formulario e inscribirnos como demandantes de empleo y, aprovechando el interés de Violeta por conocer nuestros perfiles, presentarnos y hablar un poco de nosotros, a la vez que conocíamos un poco más de ese mundo tan necesario como es el voluntariado. Mundo que, todo hay que decirlo, no es ajeno a alguno de los componentes de nuestro equipo, lo cual abrió una interesante vía de diálogo e intercambio de impresiones.

De la visita a YMCA nos llevamos una buena dosis de datos y cultura de una gran organización internacional -¿sabían que el baloncesto, inventado allá por el año 1891 como respuesta a la necesidad de hacer deporte en invierno, fue idea del profesor Naismith, en la escuela de la YMCA de Springfield, EEUU?-, con unos valores sociales que mantienen hoy toda su vigencia. Y, por supuesto, agradecemos a Violeta y todo su equipo este enriquecimiento y la posibilidad abierta de que nuestros perfiles laborales puedan encontrar más opciones gracias a ellos.