Una sesión de coaching con caballos

 
 
Suena el maldito despertador. Me levanto de un salto de la cama y entre penumbras lo golpeo una y otra vez hasta que deja de sonar.
El reloj marca poco más de las siete de la mañana y al llegar a la cocina el primer pensamiento que viene a mi mente es:
 
¿Para qué %V&O”Z*W$ me levanto tan temprano de la cama para ir a un pueblo en medio de la nada a una sesión de coaching con caballos?
 
¿Con todo lo que tengo que hacer? Además ¿Qué es eso del coaching con caballos? Será una terapia de esas hippies neoecologistas macrobiótica vegana.
 
¿Quién lo sabe? Yo no desde luego.
 
 
En fin, desayuno lo primero que veo en la nevera, no estoy de humor para más, me visto y me abrigo como si fuera a la estepa siberiana, salgo a la calle en medio de una profusa niebla y una temperatura muy agradable en la ciudad de Lugo que no hace más que acrecentar mis ganas de mandar todo a paseo y volverme a la cama. 
 
Conduzco casi en solitario, no me cruzo con ningún coche en mi camino. A estas horas ¿quién se va a levantar menos tú pringado?
 
Aparto mentalmente esos pensamientos en aras de la seguridad vial y en unos diez minutos llego al Centro de Formación Profesional Ocupacional de Lugo (sede de nuestra Lanzadera de empleo) a la hora acordada, de mala gana, pero la puntualidad por delante. 
 
 
Tras bajarme del coche, ver la estampa de mis compañeros tiritando de frío delante del centro me refuerza sensaciones de que va a ser una experiencia inútil o una completa y absoluta pérdida de tiempo. De los rostros de mis compañeros en la Lanzadera infiero una primera impresión de sus sensaciones.
 
Hay un poco de todo:
 
-1) Por un lado están los que comparten mi opinión, mis dudas y no saben cuál puede ser el beneficio de este viaje, más allá de pasar una amena mañana en buena compañía.
 
-2) Por otro lado, hay una minoría que se enfrenta a esta experiencia con una tremenda curiosidad y expectación
 
-3) Por último, varias de mis compañeras, que tras comentar haber vivido en el pasado malas experiencias con animales, afrontan esta experiencia con miedo y temor, sobre todo por la gran envergadura de estos animales que les infunde además un gran respeto. 
 
 
Absorto en mis pensamientos llega el último miembro del equipo todavía con más sueño y con más dudas que el resto, y arrancamos el viaje hacia Fiolleda, un pequeño pueblo muy cercano a Monforte de Lemos. Nuestro destino es “El Rincón de Finca El Carmen” y de camino y entre diversos temas de actualidad el más curioso de nosotros comenta que tras buscar Fiolleda en Google, descubrió que la otrora famosa vieja gloria de la actuación Fiorella Faltoyano es de este pueblo. 
 
Fingiendo interés y sorpresa, eso siempre se me ha dado bien, y entre un mar de niebla nos acercamos a Fiolleda muy lentamente, gracias sobre todo a la gran carretera casi a estrenar que une Lugo y Monforte y que ha supuesto un gran avance, 54,5 kilómetros de distancia, 235 millones de euros de inversión y un ahorro práctico de unos 10 minutos, siempre y cuando no te encuentres con un camión/furgoneta/coche que circulen con lentitud en sus interminables rectas plagadas de líneas continuas y a las que hay que sumar ahora el límite de 90 km/h.
Bravo!!! ¡Tres aplausos mentales!
 
Tras dar un par de cabezadas, eso también se me ha dado siempre bien, contemplo con gran entusiasmo que nos desviamos y estamos casi llegando a Fiolleda.
Para mi sorpresa la niebla se ha disipado, y a medida que nos acercamos a nuestro destino el sol comienza a abrirse camino.
Que salga el sol supone un acontecimiento inesperado y una pequeña buena noticia que cual velero zozobrando en la tormenta navega con extrema dificultad en el gran océano de mi escepticismo
 
 
En fin que me pierdo, total que llegamos a Fiolleda y al salir del coche podemos comprobar que hace una temperatura muy agradable, lo que pone a casi todo el mundo de buen humor. Cuando llegamos a “El Rincón de Finca El Carmen” Candy Rodríguez, veterinaria de formación, propietaria de la finca y crincoach o mujer que susurra a los caballos y su marido o esposo o pareja o compañero o como se diga en estos días (Dios me estoy haciendo viejo por momentos), nos reciben afectuosamente y nos muestran su maravillosa finca.
 
Y ahí fue cuando tras patear una piedra con impertinencia y cierto desdén, pude ver el destino de nuestro viaje, un precioso enclave naturalverde, muy verde, más que un chiste de veganos antropófagos, un rincón en plena naturaleza en el que se respira respira respira (no es un error de imprenta se respira el triple) libertad, paz, calma, naturaleza, tranquilidad y sobre todo en el que reina el mayor de los silencios.
 
 
El paraje mina un poco nuestro pesimismo y nos centra para el siguiente paso, una reunión con la coach Candy. En esta reunión la crincoach despeja varias de nuestras dudas. La primera qué es exactamente el coaching con caballos. Querido lector o lectora el coaching con caballos es una experiencia a la que hay que llegar sabiendo lo mínimo posible, por ello no se lo voy a desvelar.
 
Comienzan entonces las explicaciones sobre la actividad que vamos a desarrollar.
 
La crincoach entra en materia y nos cuenta qué es lo que vamos a hacer exactamente, cómo vamos a interactuar con los caballos y para tranquilidad de todos (la mía primero) nos especifica las reglas y normas que debemos seguir en todo momento en esa interacción. 
 
 
Resumiendo, la crincoach nos da las siguientes e importantes explicaciones:
 
-1) Hay que mantener en un primer momento una distancia de cinco metros con respecto al caballo. Debemos acercarnos a él teniendo en cuanta sus líneas de visión (casi de 360º) y tenemos que hacerlo muy despacio al principio, para que no se sientan incómodos, ni sientan que suponemos la más mínima amenaza para ellos. Debemos también al llegar a su altura acercar nuestra mano a su hocico para que nos huelan. 
 
-2) Los caballos solo se acercarán a nosotros si despertamos su curiosidad
 
-3) Los caballos tiene que sentir que en nosotros hay a la vez calma y seguridad, y deben sentirlo para lograr en primer término que nos hagan caso y en segundo y más difícil que nos sigan y hagan lo que queremos que hagan
 
-4) Los caballos como los humanos tienen una distancia individual que solo cuando hay confianza mutua puede llegar a desaparecer. 
 
-5) Los caballos son seres muy coherentes, también nosotros tenemos que ser coherentes y mostrarnos abiertos a la experiencia
 
-6) La importancia de la escucha activa, del estar concentrado en el momento y en el lugar en el que estamos, tenemos que estar presentes:
 
“Si estoy en la expectativa no estoy en el presente, no tengo toda mi energía en el ahora” “Cuando tengo atención tengo la creatividad en alza”. 
 
-7) Nunca debemos pensar en el éxito o en el fracaso con ellos. 
 
-8) Los caballos no tienen prejuicios, no ponen filtros, no juzgan, solo ven lo que proyectamos, dándoles igual que seamos barrenderos o directores generales. Por ello, cuando tiene una sesión de coaching con niños, al carecer éstos de prejuicios al igual que los caballos, siempre interactúan con ellos con mucha rapidez y facilidad. 
 
-9) Todos somos líderes, solo debemos despertar nuestro liderazgo natural y ese aspecto es un punto en el que los caballos nos van a ayudar mucho. 
 
-10) La gran importancia de nuestra comunicación no verbal en la interacción con los caballos. 
 
 
Lo siguiente que hace la crincoach es lanzarnos dos preguntas:
 
-1) ¿Qué me quiero llevar de la experiencia de hoy?
 
-2) ¿Qué necesito del grupo?
 
La respuesta a la primera pregunta es variopinta: hay quienes llegados a este punto piensan ¡menudo jaleo en el que me estoy metiendo!  no voy a sacar ningún beneficio de esto, quien quiere llevarse de esta sesión una nueva y enriquecedora experiencia e incluso hay quien está cumpliendo un viejo sueño de niño imposible de cumplir en la gran ciudad. 
 
Por lo que respecta a la segunda pregunta, el grupo pide de los demás: coherencia, pertenencia, reconocimiento, compartir, compañerismo, alegría, empatía, liderazgo natural y escucha. 
 
Tras estas reflexiones tan importantes, la crincoach da por finalizada la reunión y nos ponemos en camino a nuestro primer contacto con los caballos, pero antes de empezar debemos pararnos un momento a observar a los caballos de la finca e inferir conclusiones sobre ellos a raíz de esa observación.
 
Nuestras conclusiones tienen en común el resaltar el entorno natural y la calma y tranquilidad que se respira y la sensación de que alguien ha pulsado la tecla de pause y los caballos se han quedado congelados a la espera de que alguien pulse el play. 
 
Llegó entonces el momento de la verdad, el momento que todos estábamos esperando, algunos para bien, deseando interactuar con los caballos y otros para mal, que aunque están ahora más calmados tras la charla previa, siguen sintiendo temor y un gran respeto ante esta experiencia. 
 
 
Aluna, Conan y África nos esperan en la pista. La crincoach nos da unos minutos para que entremos en la pista y nos presentemos a los caballos. Los que deseaban que llegara este momento entran en la pista sin vacilar y siguiendo las reglas empiezan a interactuar con los caballos y los que temían hacerlo y pensaban quedarse fuera de la pista terminan entrando, sin tanto entusiasmo ni rapidez, pero al final entran
 
Tras estos minutos de presentación, la crincoach nos plantea el primer ejercicio: la mitad del equipo debe conseguir que uno de los caballos entre en un cuadrado delimitado por unas maderas y se quede quieto en él más de cinco segundos. Sólo hay cuatro reglas: deben interactuar con el caballo de uno en uno, no pueden hablarse entre ellos, no pueden tocar al caballo y todos deben permanecer en la pista en todo momento. 
 
 
Tras darles tres minutos para que fijen una estrategia en común Sole, César, Rosa, Ana y Nieves se enfrentan amistosamente a Aluna que al principio los ignora, hasta que César le llama la atención y comienza a moverse para pararse a los pocos metros. Varios intentos para que Aluna reinicie la marcha fracasan. Y entonces salta la sorpresa. Sole que se enfrentaba con pánico a la experiencia por haber tenido en el pasado muy malas experiencias con animales, se acerca temerosa a Aluna y ésta comienza a seguirla. Sole sigue caminando sin creerse todavía que Aluna la esté siguiendo, hasta que poco a pocoy con mayor decisión consigue que Aluna entre finalmente en el cuadrado y permanezca más de cinco segundos en él.
 
Y tras lograrlo estalla el júbilo.
 
La cara de Sole vale más que un millón de euros (bueno ahí me he pasado un poco, dejémoslo en que vale mucho).
 
La euforia incontenible de Sole contagia al grupo que celebra con vítores su hazaña
 
 
Tras el estallido de alegría le toca al segundo grupo realizar el ejercicio. Tras los tres minutos para fijar la estrategia y cuando Suso, Marina, Ana número 2, Juan y un servidor encarábamos a Aluna viene la sorpresa, un cambio inesperado en las reglas. El segundo grupo debe abordar a Aluna todos juntos y eso hacemos sin lograr absolutamente nada. Ni si quiera amenazando a Aluna con llevarla a la fábrica de pegamento conseguimos que se mueva. Aluna se muestra tan interesada en nosotros como en Sálvame Deluxe.
 
La frustración se apodera del grupo salvo de un intrépido, valiente, en ocasiones inconsciente y por qué no decirlo asquerosamente atractivo hasta la náusea héroe, que ante la actitud de derrota de sus compañeros trata de buscar alternativas y prueba a interesar a Aluna con un cono que mueve cerca de ella, pero ni con esas. Los esfuerzos de nuestro héroe también son en vano y acaba contagiándose del pesimismo del resto del grupo. En ese momento la crincoach detiene el ejercicio y nos aconseja que tenemos que centrarnos en llamar la atención de Aluna, que está casi en coma. Y volvimos a intentarlo dejando atrás nuestra frustración y pesimismocon decisión, con otra actitud más positiva y jovial y tocando las palmas sin parar.
 
¿Y qué pasó? Que Aluna se movió, entró en el cuadrado y permaneció más de cinco segundos en él. 
 
 
Tras una celebración mucho más comedida que la de nuestra compañera Sole, llegó el momento del descanso del guerrero  y tomamos un merecido refrigerio tras el que volvimos a la pista para dos nuevos ejercicios.
 
 
 
Para poder empezar estos ejercicios debíamos imaginarnos que estábamos en un viaje y de todos los objetos que había esparcidos por el suelo debíamos seleccionar tres de ellos y especificar que significaban para nosotros y en que nos podían ayudar en ese viaje.
 
El segundo grupo escogió la espada (como símbolo de valor y coraje), el corazón (porque “con cuore se vince” cualquier obstáculo) y una tina (que simbolizaba para nosotros que estábamos abiertos a las experiencias y a los conocimientos que nos ofreciera nuestro viaje).
 
Por su parte el primer grupo escogió un casco (para protegerse en su viaje), el emoji de la risa (quién no necesita risa o alegría en su viaje) y el corazón (como símbolo de amor).
 
 
Tras seleccionar los objetos, comenzó el primer ejercicio en el que tras elegir uno de los tres caballos que jugaría el rol de apoyo/acompañante y agrupados por parejas debíamos llevar a ese caballo por una correa a recoger uno de los tres objetos para posteriormente trasladar a ese caballo con ese objeto hasta una pequeña casa. Por si fuera poco, el miembro de la pareja que debía hacerlo todo tenía que ir con los ojos vendados, mientras el otro le guiaba únicamente con su voz, sin poder tocarlo.  
 
Tras realizar todos el ejercicio, los resultados fueron diversos. Algunos consiguieron llevar al caballo y otros no y otros se dieron cuenta de que el caballo solo jugaba el rol de apoyo/acompañante en su viaje y de que podían seguir su viaje sin necesidad de ese apoyo.
 
 
Sin pausa saltamos al segundo ejercicio en el que los dos grupos debían realizar su viaje y recoger sus tres objetos llevando como apoyo/acompañante a uno de los tres caballos y debían hacerlo los cuatro juntos, yendo el participante que iba delante con los ojos vendados al igual que el cuarto participante que cerraba el grupo y que además debía llevar al caballo. 
 
Los resultados fueron similares al anterior ejercicio, pero lo importante fue que todos llegamos con éxito al final de nuestro viaje
 
Tras terminar este ejercicio, nuestra sesión de coaching con caballos había concluido, y tras despedirnos y agradecerle inmensamente a Candy la experiencia, nos montamos en los coches y pusimos rumbo a Monforte para terminar la jornada con una comida de confraternizacióndejando atrás la finca, nuestro viaje y todo lo que aprendimos en él. 
 
 
 
Ya para finalizar, no podemos terminar sin el tan necesario apartado de las conclusiones del grupo tras esta fenomenal experiencia, y de las que hay que destacar literalmente las siguientes
 
-1) “De esta experiencia destacaría la gran alegría e ilusión que experimenté cuando conseguí que el caballo me obedeciera y logré llevarlo hasta el final.
Pero no dejo de preguntarme: ¿Era eso lo que se pretendía? O ¿Era lo contrario?
Esta experiencia me sirvió para darme cuenta del peso que tiene el equipaje que llevamos con nosotros y me voy con el aprendizaje de que si hubiese
dejado ese equipaje al principio del viaje lo hubiese hecho más rápido”. 
 
-2) “Durante un instante desconecté mi cerebro y me limité a vivir emocionalmente los minutos de ese encuentro exclusivo y maravilloso entre hombre y caballo,
quizás el mismo que vivieron ambos hace cinco mil años cuando por curiosidad un hombre se acercó a un caballo y éste se dejó acariciar”.  
 
-3) “Fue una experiencia maravillosa en la que vencí alguno de mis miedos y que mejoró enormemente mi autoestima”.
 
-4) “Gran experiencia que me hizo superar a nivel personal el miedo a los animales por haber tenido malas experiencias con ellos en el pasado”.
 
-5) “Cuando el caballo me siguió sentí un gran orgullo, un gran sentimiento de triunfo, de reto superado, sentí que hoy había hecho algo que nunca había hecho,
algo que nunca pensé que me atrevería a hacer, algo que siempre pensé que jamás lograría hacer”.       
 
-6) “De esta experiencia me llevo como salí de mi zona de confort y me enfrenté a mis miedos”.
 
-7) “En esta experiencia aprendí que cuando el caballo no se mueve hay que dejarlo atrás,
puede que no necesitemos apoyo en nuestro viaje, somos capaces de hacer el camino solos”. 
 
-8) “Experimentamos muchos sentimientos y emociones durante nuestra interacción con los caballos: pudimos sentir su calor, su fuerza,
su nobleza, su dulzura, los latidos de su corazón, su tranquilidad, el tacto sedoso de su pelo. Esta experiencia me enseñó a ser más humilde”. 
 
-9) “Fue una experiencia única, diferente llena de libertad y tranquilidad. Aprendí que se puede llegar a conseguir un objetivo comunicándome
con mi mente, corazón y cuerpo, y transmitir esa energía positiva sin necesidad de palabras. Me llevo a mi vida personal y profesional un aprendizaje profundo y duradero”.
 
 
 
#FundaciónSantaMaríalaReal #FundaciónTelefónica #XuntadeGalicia #Fse