Trabajar tus emociones te ayudará a encontrar empleo

 

¿Sabes cuáles son las competencias que determinarán que una persona triunfe?...

 

El 80% son competencias emocionales y sociales. Estoy convencida que todos habréis conocido en el colegio, en la universidad , en el grupo de amigos, alguna persona brillante, que  sacaba las mejores notas, que memorizaba en un segundo, pero sin embargo, no ha alcanzado la realización y por el contrario, personas que pasaban desapercibidos son hoy plenamente felices y se encuentran realizados. Esto es la Inteligencia emocional y de ello depende que alcancemos nuestros objetivos.

 

Lo que más nos interesa es identificar las condiciones “emocionalmente inteligentes” que han de darse en una persona afectada por el desempleo, para que su acción sea apropiada para conseguir sus objetivos y alcanzar su meta.

 

Daniel Goleman popularizó el concepto de Inteligencia emocional a través de su bestseller con el mismo nombre y la definió como: La capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos y los de los demás, de motivarnos y de manejar adecuadamente las relaciones

 

En la búsqueda de empleo, una de las grandes ventajas con las que parte una persona con alta inteligencia emocional es su nivel de autoconocimiento. ¿Sabes qué es lo que te diferencia de los demás?, ¿sabes cuáles son las cualidades por las que deberían contratarte a ti y no al otro candidato? ¿Conoces tus competencias emocionales? Imagina lo importante que es, piensa en una empresa de refrescos muy importante a nivel internacional… Estoy segura que hemos pensado en la misma, has imaginado la lata, el color rojo, la forma de la letra, incluso su sabor o su estrategia de marketing… La razón es sencilla, creyó en su producto y a pesar de la competencia supo marcar la diferencia.  ¿Y tú? ¿Crees también en ti?

 

La Autogestión implica aprender a gestionar las propias emociones como elemento catalizador de avance, o diseñar estrategias realistas para alcanzar las metas y deseos personales. Clave para encarar una situación de desempleo. Muchos son los estados emocionales que el desempleo puede generar en la salud mental de la persona desempleada, y que pueden terminar por afianzar ideas del tipo: “No puedo más…”, “Estoy a punto de rendirme…”, “Soy licenciado y ni siquiera me quieren para prácticas”, “Continuamente pasa por mi cabeza la idea de acabar con todo definitivamente”, “Necesito ayuda, guía…”, “No sé por dónde empezar…”, “Creo que ya no puedo controlarlo más”, “Si no encuentro trabajo ya, mi vida se va al garete…”, “Haga lo que haga, no encontraré trabajo porque todo está fatal”… Es muy fácil caer en una dinámica de derrotismo y pesimismo, pero, ¿es efectivo para encontrar empleo? Los mensajes que nos automandamos nos enjuician y nos determinan en la acción. Ahora vamos a cambiar el látigo del castigo por la mirada de la comprensión, cambiando el diálogo. Jean Paul Sartre decía: “Lo importante no es lo que se hace de  nosotros, sino lo que hacemos nosotros mismos con lo que nos hicieron”.

 

Aprender a motivarse, implica trabajar sobre los sentimientos que nos apartan de un alto nivel de motivación, ya que actúan como gafas que alteran las formas básicas de percibir la realidad, y hacen que se perciba de un modo distorsionado. Estos sentimientos son:

1.- Sentimiento de obligación: “tengo que encontrar un buen trabajo”, “tengo que formarme en X”;

2.-  Queja: “nadie hace nada por mi”, “si por lo menos a alguien le interesara mi curriculum”…. “todo está muy mal y así no encontraré trabajo nunca”, “los puestos de trabajo están dados de antemano”;

3.- Miedo: “si no encuentro trabajo, mi estilo de vida se verá afectado”, “no lo resistiré”;

4.- Culpa: “soy el culpable de no poder dar vacaciones a mi familia”, “soy el culpable de que mis hijos no puedan tener todo lo que me gustaría”, “cuando tuve trabajo, tenía que haber ahorrado”;

5.- Resentimiento: “Ninguno de mis antiguos compañeros sacó la cara por mí cuando me despidieron”, “Después de creer que gozaba del cariño de mi jefe, prescindió de mí, sin darme explicaciones”.

 

Cuando uno consigue “traspasar” las ideas que actúan como un virus mental, que hacen pensar a la persona desempleada que las cosas son más graves de lo que en realidad son, y que incluso van a ser todavía peor, es únicamente entonces cuando  se es capaz de saber transmitir la valía personal, y ser percibido como profesional cotizado y reconocido.

 

No es magia… es Inteligencia Emocional

 

Tamara Muñoz (Psicología & Coaching)
Equipo Lanzadera Entremares Algeciras
#LaMarDeProfesionales