Trabajamos el autoconocimiento con La Ventana de Johari

La primera fase para afrontar con garantías un futuro proceso de selección es la de conocernos mejor a nosotros mismos y así trabajar de manera más efectiva nuestros puntos fuertes y también los débiles.

 

Para ello, esta semana hemos realizado diferentes actividades, entre las que destaca La Ventana de Johari. Una herramienta muy útil que nos permite realizar un pequeño análisis que nos ayuda a diferenciar la percepción que tienen los demás con respecto a aquella que tenemos de nosotros mismos.

 

Para ello partiremos de un listado muy amplio de rasgos de personalidad en el que nosotros escogeremos 6 y, sin que le digamos a nadie cuáles son, que le daremos a otras personas para que ellos hagan lo mismo y seleccionen 6 elementos del listado con los que nos identifiquen a nosotros. Hemos de decir que, para que el ejercicio tenga un mayor éxito y sus resultados sean más fiables, cuantas más personas respondan mejor.

Una vez finalizada esta tarea, con los resultados obtenidos, realizaremos un cuadro con 4 secciones muy diferenciadas:

Área Pública: En ella situaremos aquellos rasgos en los que coincidimos tanto nosotros como los demás. Se trata de los comportamientos que dejamos más al descubierto, ya sean buenos o malos.

Área Ciega: se trata de todos aquellos rasgos que nosotros no vemos de nosotros mismos pero que sí lo hacen los demás. A veces trabajar sobre una característica negativa que no vemos o no queremos reconocer nos puede dar una ventaja competitiva en el futuro.

Área Oculta: Aquellos rasgos identificativos que nosotros sí vemos pero que los demás no ven o no queremos compartir.

Área Desconocida: es decir, aquellos rasgos que ni nosotros ni los demás se perciben en nosotros y que quizás fuese interesante que empezáramos a trabajar.

 

En definitiva, un ejercicio que nos permitirá trabajar sobre aquellas habilidades que nos pueden afectar de manera positiva o negativa de cara a la búsqueda de empleo, además de descubrir nuevas posibilidades que ni siquiera nosotros éramos conscientes de ellas.