Esta mañana nuestra compañera Amanda Fonoll ha presentado para el resto de participantes un taller sobre emociones e inteligencia emocional.

Empezamos llevando a cabo una dinámica para presentarnos, con una variante del clásico juego de las sillas, en la que quien se quedaba sin asiento tenía que decir su nombre, comida favorita y algún gesto característico. El resto de miembros apuntaba la apariencia que le provocaba esa persona, para cada uno finalmente analizar la impresión emocional que provoca en los demás con los gestos y el habla, y reflexionar sobre sobre la semejanza de estas impresiones con lo que cada uno siente y desea expresar.

Amanda habló también sobre las emociones básicas de alegría, tristeza, miedo e ira, y sobre las funciones adaptativas de todas ellas, en sus orígenes respuestas físicas que permitieron evolucionar a la especie.

También trabajamos con una dinámica centrada en la comunicación asertiva, consistente en que tres miembros asumían los roles de vecinos de una misma comunidad, con puntos de vista e intereses diferentes y en conflicto. A través de ella pudimos observar distintas estrategias de comunicación y argumentación, y entre todos los participantes desarrollamos opciones muy diversas y analizamos su eficacia y su adecuación desde el punto de vista emocional.

Finalmente, participamos en un juego a través del que analizamos la flexibilidad cognitiva y la capacidad de encontrar soluciones innovadoras a problemas prácticos. Esta dinámica consistía en la construcción de una barrera por parte de todos los miembros de la lanzadera, mientras que una persona cada vez debía intentar llegar al otro lado. Así, tuvimos ocasión de observar la rigidez y ausencia de creatividad que suele acompañar al diseño de estrategias típicas en nuestro día a día y reflexionar sobre su validez.

Muchas gracias a Amanda por el taller, que fue muy entretenido y con el que trabajamos conceptos muy interesantes.