¿Talento o Motivación?

Por Airton Fortes - Músico y profesor de guitarra clásica

 

En muchas disciplinas, como la música, la danza, los deportes, las matemáticas o el aprendizaje de lenguas extranjeras, existe una opinión bastante generalizada de que ciertas personas desde muy tempranas poseen habilidades especiales que les permiten obtener resultados excepcionales sin gran esfuerzo.

 

En este sentido, algunos profesores creen que no se puede ser profesional de excepción a menos que se tenga lo que se conoce como dotes innatas. En el caso de la música podemos alcanzar un nivel más o menos elevado en función del talento que poseemos. Lo que presupone que los grandes músicos deben su maestría a un talento innato.

 

Esta creencia puede influir de forma muy significativa en la vida de los niños, porque aquellos a quienes se considera dotados reciben una mayor dedicación y mejores oportunidades que los demás, desarrollan mayor confianza en sí mismos y las expectativas que se proyectan sobre ellos es mayor, proporciona un medio ideal para transformarse en prodigios sin necesidad de poseer un talento innato. Por lo tanto, ¿hasta qué punto es el talento innato responsable de la adquisición de cierto grado de competencia musical y no las circunstancias personales de desarrollo y estimulación?

De hecho para ciertos individuos, el proceso de aprendizaje musical es más fluido y necesitan menos esfuerzo que el resto de los individuos. Estas diferencias individuales parecen suficientes para confirmar la teoría del talento musical innato, pero en muchos de los casos, esta facilidad es el resultado de un esfuerzo y logros anteriores que no tuvieron los demás.

La diferencia podía ser la edad que se inicia esa formación y las características del medio en que se desarrolla. Es importante afirmar que cuando se refiere a la cantidad de trabajo, lo importante es una práctica consciente que vendrá determinada por las experiencias anteriores en las que el individuo adquirió habilidad y conocimientos necesarios para aprovechar al máximo el tiempo empleado.

 

A la existencia de talento, hay que añadir el carácter, la personalidad, la motivación, la concentración, la autoconfianza, el ritmo propio de cada uno, la competitividad, el entusiasmo, el nivel de energía, la ansiedad, el optimismo, el entorno musical, experiencias de aprendizaje...

 

Para muchos el talento explica el hecho de que algunas personas tienen una mayor capacidad y una rápida asimilación de las tareas que se le plantean. Considerar el talento como algo innato e independiente de cualquier influencia externa es probablemente ignorar varios factores que tienen una gran influencia e importancia en el proceso del aprendizaje. Hablar de talento y no referirse a aspectos como medio circundante, influencias de naturaleza externa, motivación, experiencia adquirida por un individuo, personalidad, dedicación, expectativas, es en cierto modo ignorar por completo todo el complejo proceso de aprendizaje.

 

Independientemente del talento que un individuo pueda o no poseer, la motivación es uno de los aspectos esenciales en el proceso del aprendizaje. ¿Por qué algunos niños buscan mayores desafíos y persisten frente a dificultades, mientras que otros desisten, aunque tengan potencial y capacidad iguales?

 

La motivación de los alumnos se ve afectada por lo que los alumnos creen ser verdad acerca de ellos mismos. Estas ideas sobre sí se construyen principalmente a través de la interacción con padres, familia cercana y amigos, y pasan a constituir una parte importante de la estructura de su personalidad. La construcción de esta percepción de sí mismo, una vez implantada, influirá en la velocidad y la calidad de los aprendizajes futuros de esos alumnos.

 

La motivación es un factor determinante en el desarrollo del alumno, así como en el desarrollo del proceso de aprendizaje. El alumno tiene que estar predispuesto a aprender y asimilar conocimientos, por lo que esos conocimientos deben ser transmitidos de forma atractiva y adaptada a sus intereses. Es necesario que el alumno obtenga placer en sus actividades musicales.

Cuanto mayor el empeño, dedicación y conocimiento, mayor es la probabilidad de interesar y crear motivación en el alumno.

Es difícil probar la existencia del talento o lo contrario. El problema que se plantea es la forma como abordamos su existencia. Damos tanta importancia al talento que muchas veces olvidamos todo el trabajo que tenemos para conseguirlo. Preferir a un individuo en detrimento de otro por el simple hecho de considerarse que existe talento o no, podrá ser una cuestión esencial en el análisis del talento. Es un hecho real que algunas personas tienen mayor facilidad en el aprendizaje de determinado contenido teórico y / o práctico que otros. El problema que se plantea es: ¿En qué condiciones se desarrollaron esas facultades que los distinguen? Hay una tendencia generalizada en reparar sólo en la capacidad que un individuo tiene para superar ciertas dificultades sin percibir el porqué. Conseguir entender y superar ese porqué puede ser un gran salto para, nosotros profesores, evolucionar en términos cualitativos en relación a lo que es nuestro trabajo. Nuestra capacidad de superar las dificultades dependerá de la forma en que encaramos esa misma dificultad.

La actitud ante cierta situación condicionará la forma en que la superamos. No siempre el talento es algo positivo. Como ya he dicho, muchas veces damos tanta importancia al talento que olvidamos todo el trabajo que tenemos para mantenerlo. A menudo se le negó a un individuo a aprender música por el simple hecho de que supuestamente no poseía talento. En ese sentido el talento provoca una discriminación y es un obstáculo el aprendizaje de la música. Creo que no hay atajos para la adquisición de competencias musicales excelentes. El trabajo y la dedicación determinan la excelencia. La música, supuestamente, debe también ser divertida y para un niño la diversión es esencial para causarle interés en casi todo lo que hace y, es a nosotros profesores a quienes compete crear condiciones para que esto suceda. La motivación de un estudiante, independientemente del talento que posee debe ser una de las principales preocupaciones y es esencial para que haya éxito. No hay garantías para que esto suceda, como tampoco las hay para que un individuo se convierta en un buen matemático, físico, lingüista, químico. Si el talento existe, la motivación, el esfuerzo y la dedicación son factores de extrema importancia como complemento. Algunas personas tienen mayor facilidad de aprendizaje que otras, pero eso depende de varios factores. Depende del ambiente familiar, del medio socio-económico en que está insertado, influencias, la forma en que cada uno encara sus objetivos, la forma en que se ve reflejado en un determinado contexto. La capacidad extraordinaria de un individuo no solo resulta del talento. Resulta esencialmente de la aplicación, del establecimiento de objetivos y ambición. ¿Hasta qué punto existe realmente talento? Una mayor aptitud y desarrollo que se nota en algunos alumnos en relación a otros, puede ser determinado por diversos factores que pueden ser de naturalezas externas y no innatas.

"La capacidad mediocre, bien desarrollada y correctamente plantada, producirá un árbol de éxito más grande que la capacidad extraordinaria, dispersa o descuidada". Nathaniel Clark Fowler.