Sesión de fotos en el Parque Carlos de Mesa

 

Hoy los lanzaderos y lanzaderas de Coria del Río hemos decidido hacer una sesión de fotos grupal en lugares significativos de nuestra localidad.

Tras realizar una asamblea en la que revisamos las tareas por hacer, las que están en proceso y las que ya están realizadas, nos hemos dirigido al Parque Carlos de Mesa, el parque principal y más antiguo de Coria del Río (surje en 1916) nombrado así en 1930 en homenaje al Alcalde don Carlos de Mesa, donde hemos elegido varios puntos relevantes para hacer las fotos.

Nuestra primera parada es en el kiosko de la música, construido en los años 80 y en el que se realizan numerosas actividades culturales como conciertos, certámenes de música y poesía, etc.

 

 

Continuamos hacia el paseo fluvial, donde podemos disfrutar del río Guadalquivir a su paso por nuestra localidad. La historia de Coria está marcada por este río, llamado Baetis o Betis en la época pre-romana y posteriormente bautizado como Guad-Al-Kibir por los árabes a partir del siglo XI.

 

 

Caminamos a lo largo del paseo hasta encontrarnos frente a la estatua de Hasekura Tsunenaga, que ocupa este lugar desde el año 1991, cuando se instaló como símbolo del hermanamiento de nuestra localidad con el pueblo de Sendai. Las relaciones entre Coria del Río y este pueblo japonés comenzaron hace más de 600 años cuando la Embajada Keicho partió desde Sendai con uno de sus señores feudales, Hasekura Tsunenaga, a la cabeza. Su misión era establecer contactos comerciales y políticos con Europa, así como buscar el apoyo del Papa, ya que el cristianismo estaba siendo perseguido en Japón. Tras atravesar el Pacífico, el Caribe y el Atlántico, la Embajaba Keicho remontó el Guadalquivir, haciendo escala en nuestro pueblo tanto a la ida como a la vuelta. Es en este momento cuando algunos de los miembros de la expedición decidieron quedarse. Fruto de este hecho es el legado genealógico y cultural japonés que queda en nuestra localidad, así como la existencia del apellido Japón.

 

 

Desde otra perspectiva, Hasekura Tsunenaga queda al fondo, y en primer plano aparece la puerta torii, una sencilla estructura vertical adintelada tradicional en la cultura japonesa. Suele encontrarse a la entrada de los santuarios sintoístas y simboliza el paso de lo profano a lo divino, además de estar asociada a la prosperidad y la buena suerte.

 

 

Algunos de nuestros compañeros y compañeras aprovechan también para tomarse fotos para usarlas en sus currículum vitae o sus perfiles. Después, nos tomamos juntos un refresco en un bar cercano.