“¿Quién se ha llevado mi queso?”

 

Es maravilloso ver cómo Spencer Johnson, utilizando el queso como metáfora de un posible objetivo a alcanzar (felicidad, trabajo, dinero, amor,…) construye una fábula que explica cómo adaptarse a un mundo que está en constante cambio.

El libro data de 1998, pero el tema no podría ser más actual.

Los protagonistas son dos ratones, Fisgón y Escurridizo, que simbolizan nuestras partes simples y dos liliputienses, Hem y Haw, representantes de esas partes más complejas que en mayor o menor medida todos llevamos dentro.

  • Fisgón es el que curiosea y detecta rápidamente el cambio.

  • Escurridizo es el que va de cabeza a la acción.

  • Hem niega el cambio y se resiste a él por todos los medios posibles por miedo a que le conduzca a algo peor que lo que él ya conoce (nuestra conocida “zona de confort”).

  • Haw tarda un tiempo en adaptarse, pero lo hace al comprender que eso le puede llevar a conseguir algo mejor.

La historia es corta, pero llena de mensajes valiosos que van naciendo de cada lección aprendida en el camino. Los más importantes quedan reflejados progresivamente en las paredes del laberinto en el que de alguna manera conviven los cuatro protagonistas.

 

 

 

Si os animáis a leer el libro o ya lo habéis hecho, agradeceríamos que nos dejaseis un comentario con vuestra opinión.