Hoy es nuestro último día de Lanzadera. Se acabó el viaje de esta montaña rusa emocional que nos ha llevado a visitar lugares que, si bien sabíamos inconscientemente que existían, aún no habíamos tenido la oportunidad o la intuición de detenernos para contemplar mejor, con mayor detenimiento y atención.
Hoy es nuestro último día de Lanzadera. Muchos de nosotros han logrado su objetivo, a otros aún nos queda un trecho por recorrer, pero todos nos llevamos las herramientas necesarias para plantar cara a la realidad y sonreír con prepotencia a la adversidad. Hemos aprendido a reconocer las dificultades y convertirlas en oportunidades. Hemos aprendido a mirar hacia el interior para sortear los obstáculos del mundo. Hemos aprendido a confiar en la magia de nuestra conciencia para descubrir nuestra valía. Hemos aprendido a enderezar los caminos por muy curvilíneos que se presenten. Hemos aprendido que somos sabios, porque somos conscientes de que no sabemos nada, y por lo tanto lo sabemos todo.
Hoy es nuestro último día de Lanzadera. Día de emociones encontradas, de metas alcanzadas, de ilusiones sembradas, de esperanzas alcanzables, de gratitud y hasta prontos.
Hoy es nuestro último día de Lanzadera. Hoy terminamos de cavar el túnel que nos ha llevado al otro lado del muro de nuestro particular cautiverio. Hoy, tal y como preveíamos hace unos meses, somos más altos, más fuertes, más altos, y además somos 20 (+1).