Pautas y recomendaciones que deberías conocer antes de iniciar el proceso de búsqueda activa de empleo

En el mundo de los negocios y de la empresa más concretamente, todo lo que se lleva a cabo en ésta, todas las decisiones que se toman no son fruto del azar, sino que conlleva una serie de fases las cuales son: planificación (que comprende un diseño y establecimiento de visión, misión y objetivos; así como un análisis de situación que permite la formulación de estrategias), organización, ejecución, y supervisión o control. No obstante, este proceso se puede trasladar a la búsqueda activa de empleo e incluso al ámbito personal, a nuestra vida diaria; aunque haya quienes puedan pensar lo contrario.

La primera etapa de planificación conlleva en primer lugar un establecimiento de objetivos (además de la visión y misión como ya hemos mencionado previamente), no fines en general, sino de tipo SMART (Sencillos, medibles, alcanzables, retadores y temporales):

  • Sencillos o simples o específicos: Procura aportar la mayor información posible y con el mayor grado de detalle respondiendo a las preguntas: qué, cómo, con qué, dónde, cuándo, con quién.
  • Medibles: objetivos de tipo cuantitativo del tal forma que te permita comprobar si los has alcanzado.
  • Alcanzables: trata que las metas que fijes no sean ni poco presuntuosas, ni imposibles de alcanzar, un término medio. Para ello, sería aconsejable que te conocieras bien a ti mismo, cuáles son tus capacidades y tus límites.
  • Retadores: siguiendo la línea del punto justamente anterior, sería relevante que fueras consciente tanto de tus cualidades y límites, como de los recursos con los que cuentas a tu disposición.
  • Temporales: pudiera ser que éste sea el factor más importante, ya que el establecimiento de un marco temporal de inicio y fin nos podría permitir realizar una tarea de supervisión o control, que nos permitiría comprobar si estamos cumpliendo con los plazos. No obstante, si verificáramos que no los estamos cumpliendo tendríamos dos opciones: aumentamos el ritmo de trabajo, o somos flexibles alargando la fecha de finalización sin abusar de flexibilidad.

La justificación de la importancia de la fijación de objetivos SMART es que sin ellos no alcanzaríamos nuestros fines o no sabríamos si los hubiéramos alcanzado por motivos varios ya expuestos en las características de dichos objetivos. Igualmente, en lo referente a los fines y a los del mercado de trabajo, a los de nuestra búsqueda de empleo más concretamente, sería aconsejable tener uno, dos o tres objetivos como mucho y no sobrecargarnos de ellos, ya que en este último caso no invertiríamos y focalizaríamos todos nuestros recursos, capacidades y esfuerzos en uno o pocos objetivos, con lo que lo más probable sería que no lográramos el éxito.

Por tanto y a continuación, una vez fijadas nuestras metas se procedería al análisis de situación antes mencionado, el cual, como su propio nombre indica, persigue la finalidad de ver cuál es nuestra situación, nuestra realidad, de qué punto partimos dentro del mercado de trabajo. Para este análisis se emplea una herramienta muy conocida dentro del mundo empresarial y de la dirección estratégica más concretamente como es la matriz DAFO o FODA (Debilidades Amenazas Fortalezas Oportunidades). Asimismo ésta, a su vez, se puede dividir en dos: por un lado, tenemos un estudio interno (fortalezas y debilidades) que nos ofrece una visión de nosotros mismos dentro del mercado laboral, de quiénes somos, es decir, cuáles son las cosas en las que somos buenos (e incluso si me apuras, únicos y diferentes) y cuáles son aquellas en las que no somos tan habilidosos pero que nos convendría tratar de cambiarlas para intentar convertirlas en ‘debilidezas’; por otro lado, la matriz también nos ofrece un estudio externo de factores que no dependen de nosotros mismos al 100% como son las oportunidades y amenazas. Las oportunidades son aquellas condiciones favorables que nos permiten acercarnos a nuestros objetivos, mientras que las amenazas son aquellas circunstancias que nos alejan de éstos.

En lo referente al autoconocimiento (diagnóstico interno: fortalezas y debilidades), convendría realizarlo de manera exhaustiva descubriendo cuáles son nuestros valores y competencias. El motivo ya no es sólo construir nuestra propia marca personal, saber en qué somos diferentes y en qué y cómo podemos ayudar a una organización, sino también para establecer unas metas que estén alineados con nuestros valores y habilidades, de tal forma que exista una mayor probabilidad de que logremos la incorporación o inserción laboral. Una forma de identificar estas señas de identidad y cualidades con independencia de la experiencia laboral que se tenga, es a través de los hobbies. Esto se puede resumir en la frase: ‘Eres lo que te gusta’, ya que las competencias que nos identifica y forma parte de nosotros, no sólo las ponemos en práctica y las desarrollamos en el ámbito laboral, sino también en el personal.

Una vez aquí habríamos alcanzado el primer peldaño hacia el éxito, y estaríamos en condiciones de pasar a trabajar otros aspectos claves como son la C.P. (Carta de presentación o motivación) y sobre todo, el C.V. (Currículum vitae) del cual ya hablamos y dimos una serie de pautas sobre cómo hacerlo en el presente blog en el post: ‘Pasos y Consejos para Hacer un CURRÍCULUM VITAE Atractivo’ (https://www.lanzaderasdeempleo.es/pasos-y-consejos-para-hacer-un-curriculum-vitae-atractivo). Asimismo, también sería aconsejable subrayar que el fin de un buen C.V. no es el lograr un empleo, sino el conseguir una entrevista.