Casualidad o no, quienes visitan nuestro espacio como Lanzadera destacan el valor humano cuando hablamos sobre nuestros objetivos profesionales. Por eso, el emprendimiento social guarda sentido para nosotros. Es una forma de negocio donde prima el beneficio que aporta la actividad para resolver necesidades sociales o medioambientales, en lugar de maximizar los beneficios económicos. Para quienes sienten el compromiso social, se trata de ser coherentes con sus valores. 

Realizamos un taller sobre emprendimiento social con Patricia Barrena, cofundadora de Inexos y técnica de anteriores ediciones de las lanzaderas de Villanueva.Hablamos sobre innovación social,  economía colaborativa y nuevos paradigmas en torno a la distribución de la participación (redes distribuidas para la colaboración). Algo posible gracias a la interconexión tecnológica entre personas de cualquier parte del mundo. 

En este sentido, empresas como Airbnb (un marketplace virtual para publicar, descubrir y reservar viviendas privadas) o Uber (proporciona a sus clientes una red de transporte privado, a través de su software de aplicación móvil, que conecta los pasajeros con los conductores) son ejemplos de la puesta en valor de las plataformas digitales para conectar oferta y demanda en determinados sectores. También nos familiarizamos con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, un marco de referencia sobre necesidades sociales y medioambientales. 

En la segunda parte del taller nos iniciamos en el Design Thinking, una metodología para generar ideas innovadoras que centra su eficacia en entender y dar solución a las necesidades reales de los usuarios. Nos aportó varios aprendizajes en torno al desarrollo de ideas y prototipos: (1) es necesario empatizar con el destinatario del producto/servicio porque es quién mejor sabe lo que necesita, y (2) en la fase de prototipado o prueba conviene ser práctico para obtener el feed back del usuario antes de invertir demasiado tiempo o dinero.