Mónica Rodríguez

La sesión con Mónica ha comenzado compartiendo con nosotros su experiencia profesional como coach. Después de esa breve descripción de sí misma, empezamos a realizar distintas actividades para reforzar nuestra confianza entre nosotros.

Primero nos ha dado un globo a cada uno, los hinchamos y nos los pasamos entre nosotros por el aire, tratando de que no se cayera ningún globo al suelo. La idea era trabajar en equipo, como si fuéramos un mismo organismo, cooperando entre todos.

La segunda actividad consistía en que dos de nuestros compañeros sentados en una silla con los ojos tapados tenían que meter una bola de papel en una papelera. El resto, divididos en dos grupos, debían dar durante tres períodos de tiempo consecutivos pero separados ánimos, silencio (sin decir nada) y desánimos. El objetivo era aprender que el rendimiento de cada uno puede verse afectado por la influencia de los que tenemos a nuestro alrededor.

En la tercera actividad nos dividimos en cinco grupos de tres compañeros. En cada grupo dos estaban sentados de espaldas y el otro estaba de pie delante de uno de los dos compañeros sentados. El que estaba de pie contaba del  1 al 10, el segundo que estaba sentado enfrente del que estaba de pie pensaba en un momento de su vida, y el tercer compañero que estaba sentado de espaldas al segundo tenía que adivinar mediante la intuición si el segundo estaba pensando en algo positivo, negativo o neutro. El objetivo de esta actividad, consistía en trabajar la comunicación no verbal y descubrir si estábamos conectados entre sí.

 

También hicimos una “mini” sesión de relajación: nos sentamos en el suelo con los ojos cerrados y con una música suave de fondo, nos dejamos llevar por nuestros pensamientos durante un rato. Se basaba en la meditación pues 5 minutos de meditación son tan beneficiosos como dormir una siesta. Luego cada uno si lo deseaba, tenía que rebelar lo que pensaba durante ese tiempo. La finalidad de esta dinámica era ayudar a que nuestra mente desconectara de todo a través de la meditación.

La quinta actividad consistía en mirarse el uno al otro mientras caminábamos por el aula. El objetivo era sencillo: definir a cada uno de nuestros compañeros en una palabra a través de nuestra primera impresión. Escribimos en pegatinas la palabra y se las pegamos en la espalda. Después pudimos comprobar cuál era la impresión o sensación inicial que despertábamos en los demás.

Continuamos dando rienda suelta a nuestra imaginación y nuestras habilidades plásticas.  Realizamos dentro de un dibujo en forma de camiseta nuestros objetivos, gustos, aficiones, pensamientos, etc. De manera que, a través de estos, nos sintiéramos reflejados. Más tarde explicamos las razones por las que decidimos elegir esos dibujos y añadimos una palabra que considerábamos que nos definía. La finalidad de la misma era conocernos mejor entre nosotros.

Y por último, de forma grupal tuvimos que decidir una palabra o frase que considerábamos definitoria de la sesión que acabábamos de tener con Mónica y la plasmamos sobre una cartulina. Escogimos “positividad”.

Te agradecemos Mónica tu colaboración, las ganas y energía que transmites y el aprendizaje que hemos obtenido con las actividades que nos has ido planteando durante la sesión. Esperamos volver a cruzar nuestros caminos contigo.