Llegó el cierre de nuestra Lanzadera

 

Todo proceso, como la vida misma, tiene un principio y un final; con el cambio, termina una etapa y comienza otra, forma parte de la evolución y el desarrollo.

Ha llegado el cierre de nuestra Lanzadera, después de mucho trabajo personal y esfuerzo conjunto, de compartir experiencias persiguiendo un fin común, y dar la mejor versión de nosotros.

 

Recibimos a las 10:00 la visita de Blanca de Luis, de la Agencia de Innovación y Desarrollo Económico, para preguntarnos cómo ha sido nuestra experiencia en la Lanzadera.

Hemos tenido un contacto regular con ella, coincidiendo en algunos eventos, y dándonos información sobre diversos servicios de la Agencia. Agradecemos su visita, ya que se ha interesado por nosotros y nos ha animado durante estos cinco meses.

 

Todas nuestras conclusiones son positivas: hemos aprendido de los compañeros, crecido juntos, cada uno ha tenido su momento de introspección, trabajando el autoconocimiento, el autocontrol, llegando a una perspectiva realista y objetiva de las circunstancias.

 

El descubrimiento de la marca personal, trabajar la automotivación, la comunicación, fortalecer habilidades y adquirir nuevas competencias nutre al equipo, juntos sumamos,

 

Mediante la reflexión y aprovechamiento de los recursos disponibles hemos pasado de lo individual a lo grupal. Siempre con el apoyo de nuestra valiosa coordinadora, a la que estaremos eternamente agradecimos por su entrega y dedicación.

 

Desde la crítica constructiva, gestionando la frustración y el conflicto, cada uno ha podido a replantearse sus objetivos, y establecer una estrategia para alcanzarlos. Todo ello mejora el estado mental y personal, nos empodera en el plan de acción.

 

Ahora podemos fluir, mantenemos el equilibrio, obtenemos resultados positivos, somos optimistas y tenemos claros nuestros valores. Con empatía, nos respetamos, tenemos una actitud proactiva, somos auténticos y coherentes.

 

Esta vez a media mañana hicimos, como todos los días, unos minutos de Mindfullnes.

 

Después pusimos el broche de oro a la jornada con una dinámica muy creativa: salió nuestro niño interior pintando con los dedos.

Tras jugar con los colores pusimos en común lo que habíamos plasmado en el papel… fue el momento más apasionante, compartimos nuestras emociones viendo ya el final de esta etapa.

 

Nos tenemos un gran cariño y respeto, somos mejores personas, con poder para imaginar y cumplir sueños, terminamos la Lanzadera en paz con nosotros mismos, profundamente agradecidos y en armonía.

 

Lo mejor está por llegar.