Cuando, hace algunos años, escuché hablar por primera vez de las Lanzaderas de Empleo, de algo tan sencillo y extraordinario a la vez, no pude hacer otra cosa que conmoverme frente a esta idea y pensar ¿por qué a nadie se le ocurrió antes? 

Conjugar el esfuerzo, las ganas y la ilusión de un equipo de personas que cooperan y trabajan por un objetivo común, ¿acaso no es obvio que esto va a funcionar? Y es que, como decía el famoso novelista Arthur Koestler “El descubrimiento más original, el más obvio parece después”. Y aquí me hallo sumergida de nuevo en las Lanzaderas de Empleo y Emprendimiento Solidario, con la ilusión y el empeño con el que me caracterizo ante cualquier proyecto.

En mis inicios profesionales como educadora social fui adquiriendo diferentes conocimientos y capacidades trabajando con menores en conflicto social e inculcando en ellos y ellas, diferentes valores que les permitiera desarrollarse de forma integral. Cualquier pequeño logro siempre se convertía en algo gigante que me ayudaba a superarme cada vez más.

Mi formación siempre continuó alrededor de lo social, tanto el máster como los diferentes cursos en inteligencia emocional, habilidades sociales, resolución de conflictos o igualdad de género (lucha en la que me siento profundamente involucrada). Pero no fue hasta mi labor en los programas de escuelas taller donde descubrí mi verdadera vocación, la gestión de equipos, su dinamización y docencia.

Es por ello que este reto de coordinar la Lanzadera de Empleo de Almendralejo, no puede darme otra cosa que sean alas para seguir volando entre todo aquello que quiero en mi presente y futuro laboral. 

“Tu trabajo es descubrir tu trabajo y después entregarte a él con todo tu corazón” Buddha.