Es evidente que el acceso al mercado laboral puede ser muy variopinto, en función de tipos de contrato, tipos de empresas, perfiles formativos, experiencias y demás, pero estamos hablando en todos estos casos de experiencias por cuenta ajena. La otra forma, ya explorada en talleres anteriores en la Lanzadera, en el propio desarrollo de competencias trabajadas, y muy tenida en cuenta por alguno de los miembros del equipo, es el emprendimiento: el trabajo por cuenta propia.
Hoy hemos contado con la valiosísima experiencia de Nuria Hernández Martín, participante de la I Lanzadera de Empleo de Salamanca, en el año 2015. Hoy, es el alma y motor de un ilusionante proyecto, Nuri Natura, huerto ecológico ubicado en Guadapero, localidad del oeste salmantino donde ha vuelto a sus raíces después de una trayectoria profesional con empleos como administrativa en diferentes empresas. La idea llevaba ya tiempo madurando en su cabeza, según nos comentaba con la ilusión de quien verdaderamente está haciendo lo que siente que quiere hacer, hasta que llegó un momento –“el momento”- en el que esa idea se convirtió en necesidad vital.
Nos hablaba del proceso de creación y puesta en marcha, desde una formación necesaria una vez que había tomado la decisión de emprender, pasando por el farragoso pero ineludible trámite administrativo de puesta en marcha del negocio, incluyendo las ayudas que siempre vienen bien en los inicios, hasta el momento de ver crecer sus plantas. Nuria tenía un plan, perfectamente diseñado pero abierto siempre a opciones de mejora.
Ella lo hace aprendiendo día a día, escuchando a sus clientes y observando siempre cuál puede ser la mejor manera de optimizar el trabajo en el huerto. Como nos decía y resultaba evidente por las imágenes que nos mostraba y la pasión con la que lo cuenta, su objetivo es presentar un producto de una calidad altísima y con un trato excelente. Tomates que sepan a tomate, judías exquisitas, calabacines que se meten por los ojos… y todo ello de forma completamente natural, sin ningún tipo de ayuda química, ni fertilizantes ni herbicidas, con la paciencia artesanal de quien disfruta con lo que hace y con los conocimientos necesarios para aprovechar las sinergias que las propias plantas proporcionan. Y si a todo esto se añade un toque floral, más que un huerto parece un pequeño trocito del paraíso, habitado y mimado por alguien que ama lo que hace y que, además, lo ofrece a un precio asequible.
Nos decía Nuria que para ella, en este viaje que tiene mucho de descubrimiento de sí misma, de autoconocimiento, es imprescindible tener una mentalidad flexible, y también observadora, y que ayuda mucho ver los errores como oportunidades de aprendizaje, y no como fracasos. Emprender como lo ha hecho ella responde al consejo que nos daba, que es el camino para ser feliz con lo que uno hace: “vive tu vida y cuídate mucho”.
Como juego para terminar, tenía preparada una bolsita, de la que cada uno de nosotros fuimos sacando un pedacito de sabiduría en forma de frase. Nos emplazó también a leer un texto de Paulo Coelho, “Manual para subir montañas”, y nos quedamos con su visión optimista de la vida: “lo mejor está por llegar”. Y teniendo clarísimo que una parte de lo mejor es probar las delicias de su huerto, le deseamos mucho éxito en su aventura personal y en su negocio, y le agradecemos que lo haya querido compartir con nosotros.