Ramón Cabrera: “Antes de ser patrón he sido marinero”

Su familia tiene dos supermercados COVIRAN en Motril ahora gestionados por Ramón y su hermano.

En ambos los empleados pasan por todas las secciones, un punto a favor de la estabilidad laboral.

No hay encargados, cada uno se responsabiliza de sus funciones.

Buscan personas que se impliquen, responsables, no conflictivas.

Dan un buen servicio que se apoya tanto en las nuevas tecnologías como en los años de experiencia. Es un oficio heredado de varias generaciones, de su abuelo a sus padres.

La proximidad, la cercanía, la humanidad de los jefes se transmite a los empleados y se contagia al trato con los clientes que son los que pagan las nóminas.

La apuesta de COVIRAN (Cooperativa Virgen de las Angustias) frente a sus competidores es el esmero en la oferta de los productos frescos.

La competencia es dura y el objetivo son las ventas, sin que en el camino se pierda la esencia, la naturalidad, la calma; y es que el dinero no lo paga todo.

Nos deja la impronta de su presencia, su empatía, su naturalidad, su mente abierta, sus ganas de seguir resolviendo sin estridencias las incidencias del día a día.