Conocer el dies a quo para el cómputo de un plazo. Solicitar un habeas corpus. Presunciones iuris et de iure. Una interpretatio stricto sensu del principio in dubio pro reo... Muchos se preguntarán de qué hablo. Lo sé, tranquilos.

El mundo del Derecho es fascinante. Impregna todos y cada uno de los aspectos de la vida de las personas y no todo el mundo es consciente de ello. Y menos aún saben qué hacer cuando la ley llama a su puerta. Aquí es donde entro yo.

Como abogado, me dedico a resolver los problemas de la gente. A veces incluso antes de que esa persona sepa que los tiene. La permeabilidad inherente de mis conocimientos me permite desplazarme por el entramado empresarial con naturalidad, aportando respuestas a las diversas cuestiones que surgen en el día a día.

Tras años de preparación y experiencia profesional, quienes han trabajado conmigo han podido comprobar que detrás de la corbata y las palabras rimbombantes hay determinación, constancia y esa pizca de inconformismo que no me hace estar satisfecho hasta obtener el resultado perfecto. Esta atención al detalle y el querer hacer las cosas bien se traslada a todos los ámbitos de mi vida, desde el trato personal hasta aficiones como la pintura o el coleccionismo.

And because we live in a globalized world, having the ability to communicate in English is a must. Even for lawyers. After all, The Beattles said it best: all you need is law.

    

¿Necesitas un abogado? No. Me necesitas a mí.