Soy Irene, tengo 23 años y soy Educadora Social.

Cuando terminé el bachillerato artístico pensaba seguir estudiando algo de la misma rama, pero por suerte me di cuenta de que lo que realmente me gusta son las personas, concretamente ayudar a las que más lo necesitan.

Durante mi formación como educadora social he descubierto muchos valores en mí que desconocía, como por ejemplo: conciencia de justicia social, cooperación y responsabilidad.

Considero que soy una persona empática y con gran capacidad de adaptación lo cual es esencial en mi profesión.

Una de mis virtudes es la paciencia aunque también tengo el carácter necesario para imponerme si la situación lo requiere. Soy perseverante a la hora de resolver situaciones adversas.

Me ilusiona poder formar parte de algún proyecto social en el que pueda aportar lo mejor de mí y de mis conocimientos para contribuir a un cambio en la sociedad.

“Educar la mente sin educar el corazón, no es educar en absoluto”  Aristóteles