Me contaban mis padres que fui muy precoz aprendiendo a hablar y también cuando instalaron el teléfono en mi casa, me encantaba cogerlo, “Encarnita, digame”,de hecho conservo una cicatriz en mi cara, apenas visible ya, por esta circunstancia.

Siempre me gustó comunicame con los demás , aunque tímida pero con mucha memoria esta  habilidad me ha servido para entablar lazos con los demás. Empatía es algo que me ha servido para darme cuenta de cómo poder ayudar a la gente, cuidando a niños en mi época de estudiante, observé los celos del hermano mayor cinco años y el atraso en el habla de la pequeña dos años, manos a la obra; se suavizaron las actitudes del niño y la niña al mes ya empezaba a hablar.

En los demás trabajos, ya en mi época de adulta, me gustaba el buen ambiente entre compañeros, colaborar y enseñar lo que yo supiera si ésto les ayudaba en su trabajo. Y observé que en las fiestas de Navidad, si se celebraban en la empresa y todos aportabamos desde comida, hasta gorritos, matasuegras y risas, por vernos con aquellas pintas luego todo era más fluido y agradable.

Cortés, accesible y educada, eso me decían , procuradores y abogados en mi trabajo en el juzgado.

Serenidad,calma y paz, me dicen que transmito mis amigas.

Sé que puedo ofrecer todo ésto y más en mi nuevo empleo.