Empecé a trabajar a los 15 años en una cocina donde hacía los desayunos, preparaba tapas (tostadas, churros, migas y tortillas).
Con 16 fui aprendiz montando aires acondicionados y repartidor en un despacho de abogados.
A los 17 trabajé en la albañilería y con 18 me preparé para las pruebas físicas del ejército militar. Al cumplir los 19 aprendí sobre reciclaje y trabajé en desguace y chatarrería. Ya a los 20 volví a la hostelería.
Empecé de camarero y acabé como gerente de mi propio negocio llamado “Bar La Vera”. Pionero en el compromiso social con la iniciativa de los “Cafés Pendientes“.
Hoy ya sé a que me quiero dedicar, porque es lo que más me apasiona, trabajar de CAMARERO. Me gusta relacionarme con gente, cuidarles y ayudarlas a salir de la rutina, que se sientan como en casa. Soy muy responsable y familiar, padre de un niño y lo que me propongo, con esfuerzo y trabajo lo consigo.
Hoy voy a volver a la hostelería para contribuir a conseguir una sonrisa en los clientes. Porque soy un camarero educado, puedo conocer el gusto del cliente, atento, observador, que aguanta bien el estrés, sé llevar bien las cuentas y me llevo bien con los proveedores.
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