Enhorabuena Jara Contreras

Hoy nuestra entrada en este blog va a tomar un noto más personal, porque nuestra compañera de la Lanzadera Jara, se despide de todos nosotros porque va a formar parte del mundo laboral. Esperamos que disfrutéis de lo que ha significado para ella su experiencia.

“Entrar en la Lanzadera de Torremolinos fue un paso difícil, donde las inseguridades y los miedos no me dejaban ni un solo momento. No sabía a ciencia cierta a qué me iba a enfrentar y cuando uno no sabe qué esperar, espera de todo. Pero ahora que se cierra una experiencia más en mi vida, salgo por la puerta sin inseguridades, aunque sí que mantengo un poco de miedo a mirar hacia adelante. No por nada, es porque me da miedo no volver a sentir lo bueno que he sentido durante estos meses. Entré siendo una persona y salgo siendo la misma, pero con muchas cosas aprendidas y adquiridas. Te miras al espejo y aunque ves el mismo reflejo, sabes que algo ha cambiado.

Durante el tiempo que he podido disfrutar de todos y cada uno de mis compañeros, y de una técnica que nos ha hecho el día a día más fácil, me llevo las ganas de sonreír por que sí, porque ese es uno de los efectos que se te queda impregnado en tu ser cuando sales de la Lanzadera. Me llevo un autoconocimiento que ni siquiera pensaba que podía llegar a descubrir. Me llevo seguridad al hablar en público, aunque siga notando como se me acelerada el corazón, solo que ya no es la misma sensación que tenía antes de aprender a disfrutar de hablar en público.

Conoces a personas que ven más allá de lo que tu eres físicamente. Jamás pensé que me fuera a sentir tan querida y respetada por personas que, en algunos casos, no han compartido conmigo puntos de vistas o maneras de pensar, pero que me han demostrado que, si uno quiere mirar de verdad en el interior de las personas, lo hará, y actuará en base a lo que ve. Y eso es magia. Sentirse querida por lo que una es y no sentir que a pesar de lo que una es te quieren, hay una gran diferencia.

Cómo cambian las cosas desde aquel día uno que nos estábamos haciendo las fotos grupales para la Lanzadera, dónde tenía a mi alrededor a un conjunto de 19 desconocidos. Y ahora que mi experiencia llega al final, no sé cómo voy hacer para no pensar en ustedes. Os habéis colado en un rincón de mi corazón.

A nuestra técnica Carmen, darte las gracias por ser como eres. Simplemente con ser tú misma y creer en nosotros, me ha merecido la pena cada hora de cada día que he podido disfrutar de esta Lanzadera. Y para finalizar este pequeño intento de describir parte de lo que he ido sintiendo, a todos mis compañeros, a los que se fueron antes que yo y a los que aún estáis en la Lanzadera solo deciros que no sabía que os necesitaba hasta que os encontré.”