EL MEJOR VIAJE DE TU VIDA

Como Educadora de Museos he tenido la enorme suerte de trabajar en museos muy diversos permitiéndome estar en contacto directo con la gente, con sus expectativas e inquietudes cuando visitan un centro cultural. Pero sin duda, de los que más he aprendido en este tiempo, es de los niños. Su mirada es siempre sincera y sin filtros, y por eso mismo, es el público más exigente.

Muchas veces los Museos son los grandes olvidados en todos los sentidos, y cuando descubres que películas, series de televisión y novelas de ambientación histórica, son las grandes favoritas siempre, hay algo que te chirría y no te cuadra. ¿Por qué, entonces, hay tantos seguidores de Vikingos o Los Pilares de la Tierra, y hay tan pocos seguidores de los Museos? Para resolver mi duda, lógicamente, tenía que preguntarle a un niño. La respuesta no pudo ser más clara: “Un Museo es un lugar viejo con polvo donde hay cosas de gente muerta hace mucho tiempo”. Y como profesional de los Museos, respuestas así más que miedo te dan pavor, porque es evidente que hay algo que falla en la relación Museo-sociedad.

Para la visión tradicional, pensar en un museo significa traer a la mente un viejo edificio polvoriento, lleno de obras antiguas abarrotando las salas del edificio, y mostrándonos en una sucesión de esculturas y cuadros el nombre de artistas más o menos conocidos. Museo es, por tanto, sinónimo de viejo, de sombrío y aburrido, simplemente el lugar protagonista de las excursiones del colegio durante nuestra etapa escolar. Pero yo, hoy, te invito a que olvides todo esto.

¿Sabías por ejemplo que existen museos en los que puedes jugar con los 5 sentidos? ¿O que paseando por sus salas puedes encontrarte con personajes históricos “de carne y hueso”? ¿O que puedes convertirte en un detective, o en un arqueólogo, o en un artista, o en un astronauta… y redescubrir su historia jugando? ¿Sabías, por ejemplo, que hay museos en los que su máxima es “Prohibido no tocar”?

Siguiendo con nuestras intermediaciones, durante el mes de agosto tuvimos la oportunidad de visitar grandes referentes en nuestro territorio, en lo que al mundo del Arte y la Cultura se refiere: el Instituto de Estudios Altoaragones, con su directora Pilar Alcalde, el Museo Diocesano de Jaca, de la mano de su gerente Belén Luque, y el Museo Diocesano de Barbastro-Monzón, con su gerente María Puértolas. Enumerar en este artículo todas las obras y servicios que encontrarás en cualquiera de estos tres centros, sería una labor absurda, ya que estas tres instituciones culturales son perfectos ejemplos de centros vivos y en constante movimiento, y lo que quizás hoy yo te muestre como la mejor de sus obras, mañana se vea empequeñecida por la próxima inauguración, concierto, actividad, taller, curso, charla, recreación, jornada… ¡De modo que nunca nos pondríamos de acuerdo!

Cuando sus tres directoras nos mostraron sus salas y actividades, descubrimos auténticas joyas y orgullo de nuestra tierra, como el mejor fondo documental para el estudio de la Historia del Alto Aragón, o el desnudo más bello del Arte Románico, o un gran referente en Restauración de bienes culturales, o el sarcófago de un conde aragonés hermanastro de un auténtico rey (¡y no como en las series de televisión!)… por citar solo algunos de sus tesoros.

De todos es sabido que los Museos son los grandes olvidados por parte de las instituciones competentes (al igual que sufren otros sectores), pero cuando yo veo un Museo, no veo un superviviente, veo un mundo lleno de posibilidades. Veo la increíble oportunidad de - ¡maravillosamente “entre cuatro paredes”! – viajar a otros mundos y épocas, descubrir sin salir de la sala diferentes culturas y maneras de entender el mundo, multitud de leyendas y creencias, fascinantes descubrimientos en ocasiones no tan lejanos a nuestros días, el sentir de personas que vivieron mucho antes que nosotros pero también hacia dónde nos conduce nuestro futuro con los últimos avances científicos… Un increíble viaje de cientos de años en los que te aseguro que no tendrás que hacer largas colas en el aeropuerto, y del que siempre, siempre, siempre vas a encontrar algo que te fascine.

Por eso, porque te invito a uno de los viajes más fascinantes que te esperan, te pido que lo hagas con los ojos de un niño, y a que solo te permitas dejarte fascinar y sorprender. Escucha la historia que las piedras milenarias te cuentan, sueña con el futuro que la ciencia nos promete, disfruta con los recursos que los museos ponen al alcance de tu mano. Sé exigente y pide más. Porque los Museos tienen vida. Porque los Museos tienen pasado pero también mucho futuro. Porque los Museos están llenos de Historia y tú eres parte principal de ella. Porque el Museo es TU Historia. ¿De verdad te lo vas a perder? 

Por Teresa Bernués Alcolea