El mercado laboral ha cambiado mucho respecto a los últimos años. Hoy en día las empresas además de valorar en los trabajadores la formación y las competencias técnicas, tienen muy en cuenta el desarrollo de competencias trasversales.

El nuevo mercado laboral nos obliga a estar en continuo cambio, en continua formación.

El antiguo jefe, ahora es un líder, un trabajador más  que se asegurará de coordinar y cohesionar al equipo ya que nuestra actitud y talento repercutirán notablemente en los resultados.

El nuevo trabajador debe de tener  una alta inteligencia emocional, y una serie de competencias y habilidades como son la proactividad, la creatividad, la adaptabilidad, capacidad de aprendizaje y habilidad para trabajar en equipo. También debe mostrar iniciativa y no tener miedo  al fracaso, ya que de éste se aprende mucho más que del éxito.

Cada día en la lanzadera desarrollamos estas competencias clave. Con cada uno de nuestros compañeros aprendemos a conocer nuestras debilidades y fortalezas y trabajamos en ellas para convertirnos en el trabajador que en la actualidad demandan las empresas.

Como decía Buda: “No es el cambio lo que produce dolor, sino la resistencia a él”.