Por María R. M.

Organizar un evento es un reto y una ilusión, una ilusión por compartir una posible respuesta a una inquietud, en nuestro caso, la inquietud de saber cómo participar en el tercer sector de una manera reconocida, remunerada, de ahí este evento "Empleabilidad en el tercer sector: Cómo actuar a través del trabajo" Pero... ¿merece la pena? ¿Compensa?

Preguntamos a las compañeras y compañeros que han asistido y conmueven las respuestas, no sólo les ha gustado, sino que se han llevado un pedacito de mensaje que les ha cuajado en el corazón ¿Compensa?

Claro que sí, han aprendido, hemos aprendido, antes sabía mil cosas y ahora sé mil diez, ocho que repetiría, dos que haría de otra manera y muchas más que añadiría.

Aún así me sigo preguntando ¿Compensa?

¿Compensa a tu objetivo de lanzadera de encontrar un trabajo? No tengo empleo, ni promesa ni insinuación de ello. En el evento sólo hemos tenido posibilidad de entregar nuestros CVs a las entidades participantes y de hacer un par de contactos ¿Compensa a mi objetivo de Lanzadera?

Quién crea que encontrar empleo no es importante es porque ya lo tiene o no lo necesita. Me sigo preguntando ¿Compensa montar un evento para mi objetivo de Lanzadera?

La respuesta podría ser inmediata: “NO”, no hay empleo no hay logro del objetivo.

El problema, creo, es que las respuestas inmediatas suelen perder muchos puntos de vista y muchos matices. ¿Qué pasará mañana o el mañana de mañana? ¿Cuáles serán los hilos que me lleven a dónde llegue? Una pregunta más pragmática pero no por eso más certera podría ser ¿Dista mucho nuestros resultados del obtenido por mis compañeras y compañeros? Ahora mismo no, ninguno tenemos empleo pero… el mañana aún está por venir.