"Assessment center" de Mantequerías Arias

El miércoles 16 de enero nos reunimos en el centro de formación integral de Cerdeño una nutrida representación de los cuatro equipos que conformamos las lanzaderas de empleo de Asturias. Unos minutos antes de las nueve de la mañana ya estábamos todos presentes, muertos de frío y con una enorme sensación de incertidumbre ante el reto de pasar unas pruebas de selección de personal que no sabíamos en qué consistían.

 

Unos veinte minutos pasadas las nueve, nos convocaron en una sala de reuniones del centro y, los dos responsables de RR.HH. de Mantequerías Arias, Víctor y Sara, nos mostraron una presentación de la compañía.

Arias es el nombre de la familia asturiana que comenzó la producción allá por 1948 y que llega hasta nuestros días con el orgullo de haber fundado una gran y moderna compañía a nivel internacional. Un grupo que puede presumir de manejar unas cifras astronómicas y que, sólo en nuestro país, dirigen cinco factorías cuya facturación supera en conjunto los 135 millones de euros. Los valores que definen a esta empresa son la estabilidad laboral, la calidad e innovación, la formación continua y la posibilidad de promoción.

Asimismo, creo necesario resaltar tanto sus importantes políticas de seguridad como sus esfuerzos por conseguir el galardón del sello de Igualdad desde 2010 hasta hoy en día.

Hasta aquí el breve resumen de la compañía, ahora vamos con el asunto que nos ocupa, el assessment center. Para aquellos que, como yo, no conocéis el término, he aquí la definición más precisa que he encontrado:

El Assessment Center o Entrevistas de Evaluación Situacional, es un proceso que en la actualidad se implementa para la selección de personal en diferentes empresas. Este proceso facilita, a los selectores, a predecir conductas de los postulantes en situaciones concretas que tiene que ver con su futuro desempeño en el puesto vacante; es decir, si se quiere predecir el rendimiento de una persona ante un conjunto de tareas que puedan resultar críticas en su puesto de trabajo, se debe observar, clasificar y evaluar con precisión su comportamiento ante este tipo de situaciones.”

El perfil que buscan en Arias es el de personas que se “apañen bien”, es decir, que ante situaciones inesperadas sepan desenvolverse con sentido común y seguridad. Para ello nos pusieron a prueba en dos dinámicas a modo de juego y que fueron divertidas de hacer entre los postulantes:

La primera consistió en construir una torre, lo más alta y más rápidamente posible, con 20 espagueti y cinta de carrocero de papel. La segunda fue mucho más práctica a efectos de la empresa, y resultó ser un ensayo del trabajo real: empaquetar packs de queso fresco en el embalaje final destinado al consumidor.

En cada uno de los dos casos fuimos observados con gran atención por los responsables de la compañía, incluyendo al director de la fábrica de Asturias, el Sr. Cyril Hauhssau, que fueron tomando notas de los resultados de las actividades y de los participantes.

Acabadas las dinámicas grupales, nos separamos por equipos, con los mismos miembros que se hicieron para las actividades, y se seleccionaron diferentes salas para hacer las entrevistas individuales, que tuvieron una duración media de unos 15 minutos por persona.

Las condiciones laborales que nos ofrecieron fueron precisas y sin reservas: contratos temporales de hasta seis meses de duración, trabajo en la cadena de empaquetado en una sala a una temperatura media de 12 grados centígrados trabajando de pie y en tres turnos rotativos de mañana, tarde y noche. El salario queda fijado en unos 900 euros netos mensuales.

Como decía el famoso presentador de un programa de enorme éxito de audiencia de hace un par de décadas, “hasta aquí puedo leer”. El resto de tan curiosa y enriquecedora experiencia es algo que queda para nuestro recuerdo, para nuestro bagaje humano y, sobre todo, para nuestro futuro.