Las personas en el centro: 5 años de Lanzaderas de Empleo

 

Artículo del Director de las Lanzaderas de Empleo, Álvaro Retortillo Osuna, con motivo del quinto aniversario del programa, impulsadao y gestionado por la Fundación Santa María la Real 

 

 

¿Hemos salido de la crisis? En las clases y ponencias que ocasionalmente imparto me gusta lanzar esta simple pregunta a la audiencia. Y la respuesta nunca es unánime. Casi siempre se generan dudas, y se cruzan miradas de confusión. Hace poco, en una universidad con un público muy joven, incluso me miraban con cara de no saber de qué les estaba hablado. ¿Es una crisis o un cambio de modelo?

 

Parece que ha pasado una eternidad desde que en España se destruyeron más de tres millones y medio de puestos de trabajo en lo que dura un suspiro, y que las políticas activas de empleo, como consecuencia de los recortes, quedaron reducidas paradójicamente a su más mínima expresión. El control del déficit, la sacrosanta austeridad, el estadillo de una burbuja que se reveló más bien como un tsunami etc. produjeron que millones de personas perdieran su empleo, y que un país que estaba en la “Champions League de la economía” de repente pasase a jugar por no descender a segunda división.

 

A principios de 2013, se hablaba de que el desempleo era el principal problema de la sociedad española (lo sigue siendo a día de hoy, según el barómetro del CIS), se ilustraba la crisis con cifras sobre empresas que desaparecían, tasas de paro, o señalando con preocupación el número de personas que emigraban al extranjero.  Cifras, datos, números, gráficos, tasas. Seis, cinco, cuatro millones de personas en desempleo.

 

Y sí, está claro que el desempleo era y es el principal problema de este país, un factor tristemente endémico, pero millones de personas en desempleo nunca pueden ser un problema. Ahí está la solución. En el desempleo había y hay personas con talento, recursos, contactos, emociones, experiencias profesionales y vitales, y muchas ganas de compartir. Y nuestra labor no fue más que la de conectar el talento y la motivación. Tejer redes y construir puentes. 

 

A principios de aquel lejano 2013, se hablaba mucho, pero se hacía poco. En un ambiente plomizo, casi de desesperanza colectiva, desde la Fundación Santa María la Real decidimos dar un paso al frente, apostar por la imaginación y por las personas y su capacidad para salir adelante mediante el trabajo colaborativo. Sí, estábamos viviendo una crisis superlativa, y no había dinero para casi nada. Y así, con el bagaje de haber impulsado las Escuelas Taller treinta años atrás, nos pusimos manos a la obra y así nació el Programa Lanzaderas de Empleo.

 

Equipos heterogéneos de veinte personas, desempleadas pero no paradas, visibles frente al estigma del desempleo, activas y solidarias. Personas de diferentes edades, niveles formativos, hombres, mujeres. La diversidad como emblema, y  la confianza en las personas como seña de identidad. Con la ayuda de un coordinador, la figura encargada de plantar las semillas para que las personas desempleadas crezcan profesional y personalmente, se trabaja en equipo para buscar empleo con la misma filosofía que los mosqueteros: todos para uno, y uno para todos.

 

 

¿Qué hacer con las personas en desempleo? Teníamos claro que no se podía dejar a las personas en el dique seco, a la espera de una recuperación que aún tardaría bastante en llegar. Como sucede en el deporte, cuando alguien se lesiona es necesario que entrene antes de volver al terreno de juego. Y, además, había que conectar actores e instituciones. El desempleo no es sólo un problema del gobierno, las empresas o la ciudadanía. Es un problema de toda la sociedad, y por eso era más necesario que nunca articular modelos de colaboración público-privada, así como romper moldes y paradigmas. 

 

Con estas premisas fuimos exponiendo nuestra idea ante muchos responsables políticos, gente del mundo empresarial y de otros ámbitos. Las miradas solían ser de incredulidad. Con la que estaba cayendo… ¿cómo se iban a poner a trabajar personas en desempleo de manera proactiva para dar la vuelta a la situación? En no pocos foros nos tacharon de ingenuos. Pero, primero en Cantabria, y progresivamente por todo el territorio nacional, hubo administraciones, empresas y, sobre todo, muchas personas que creyeron en esta filosofía.

 

La persona desempleada como un valor, no como una carga. El equipo frente a la individualidad. Pasar del asistencialismo al existencialismo. Y, a día de hoy, son más de 450 los proyectos desarrollados por toda la geografía nacional, y son casi 10.000 personas las que han participado en el Programa. Más de un 50% de las personas consiguen un empleo en los cinco meses que dura el programa, y otro porcentaje significativo lo hace en los meses inmediatamente posteriores. 

 

 

Y, a pesar de la recuperación, nuestro mundo sigue desajustado, como diría Maalouf. Si bien la tasa de desempleo sigue una tendencia decreciente, todavía hay más de tres millones de personas en desempleo. Y si ampliamos el zoom, vemos que, entre otros colectivos, los jóvenes, las personas de más de 45 años, quienes tienen una discapacidad o una situación de desempleo de larga duración tienen serias dificultades acceder con garantías al mercado de trabajo. Y eso por no hablar de las consecuencias de la revolución digital y la automatización, lo que a buen seguro supondrá una nueva sacudida en los cimientos del mercado de trabajo.  

 

 

Hoy, cinco años después, seguimos aprendiendo cada día de todas y cada una de las personas que participan el programa, tratando de innovar y de darle una vuelta de tuerca al Programa. En absoluto estamos poniendo toda la responsabilidad sobre las personas en desempleo. Son los distintos gobiernos los que deben velar porque se genere actividad económica y empleo de calidad, que permita a la ciudadanía el pleno disfrute de sus derechos políticos y sociales. Son las empresas las que deben apostar por un cambio de modelo, que huya del bajo valor añadido y de la precariedad. Pero también es necesario apostar por políticas de formación y empleo diferentes, innovadoras, con enfoque colaborativo. Y, por encima de todo, poner a las personas en el centro.