El empleo, clave en la recuperación de las mujeres víctimas de la violencia machista

Hoy, 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, defendemos el papel clave y vertebrador que representa el empleo para que las víctimas de la violencia machista tengan independencia económica y sean libres para empezar una nueva vida



En este contexto, tenemos que favorecer el acceso de las mujeres que padecen esta lacra a programas de formación, orientación y mejora de la empleabilidad; erradicar estereotipos que frenan su contratación e inclusión sociolaboral, y seguir realizando campañas de información y sensibilización

¿Qué es la violencia de género? Según el Pacto de Estado contra la Violencia de Género (PEVG) es “todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico o perjuicio económico para la mujer, tanto en la vida pública como en la vida privada”.



Según los últimos datos disponibles del Instituto Nacional de Estadística (INE), en España había 30.141 mujeres víctimas de violencia machista en 2021 (un 3,2% más que en el año anterior). La edad media de las víctimas es de 36,9 años. El mayor aumento se ha dado entre las mujeres menores de 18 años, con un incremento de 28,6% respecto al año 2020.



Entre 2003 y 2022 (datos de hoy) , se han registrado en España 1.171 feminicidios o asesinatos de mujeres en manos de un hombre por machismo o misoginia, según datos del Ministerio de Igualdad. En cuanto a la violencia vicaria, en España, en el periodo de 2013 a 2021, son 46 los/as menores víctimas mortales en casos de violencia de género contra su madre.



De acuerdo con los datos de la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer realizada por el Ministerio de Igualdad , del total de mujeres de 16 o más años residentes en España, el 11,0% ha sufrido violencia física, el 8,9% violencia sexual, el 27% violencia psicológica y el 11,5% violencia económica de alguna pareja actual o pasada.

 

Según el último informe “Violencia de Género y Empleo” de la Fundación Adecco de 2022, un porcentaje elevado de mujeres víctimas de violencia de género se encuentra en situación de desempleo. El estudio indica que el 62% de las mujeres entrevistadas cree que siguen existiendo prejuicios a la hora de contratar a una mujer víctima de violencia de género y que dificultan su empleabilidad. Una situación que lleva a la mayoría de ellas (72,3%) a no comunicar dicha condición por miedo a que les reste oportunidades en entrevistas de trabajo o procesos de selección.

 

El empleo es un elemento clave para para que las mujeres víctimas de violencia de género puedan recuperar su vida con normalidad, porque no solo les facilita un salario y les permite romper con la dependencia económica de su agresor; sino que les aporta autonomía, mejora su autoestima y las empodera para comenzar una nueva vida.



Por ello, es de vital importancia mejorar los planes de formación y cualificación de mujeres víctimas de violencia de género que estén en desempleo, y favorecer su acceso a programas de orientación laboral y mejora de la empleabilidad.

“El trabajo me proporcionó estabilidad, independencia económica; pero también bienestar personal, sentirme útil y ser independiente. Antes era una persona sometida y ahora soy libre, me encuentro feliz con mi vida y conmigo misma”, explica Mamen Carrillo, mujer que sufrió maltrato psicológico durante 20 años por parte de su marido, y participante en el programa PEMCYL que desarrollamos en la Fundación con la financiación de la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades de la Junta de Castilla y León.



“Muchas gracias por proporcionarme todos los recursos, con los que he podido salir del horror que es el maltrato. Hago un llamamiento a las empresas, para que también se involucren y nos den una oportunidad. Hay mujeres que no han podido trabajar durante años porque su agresor se lo impedía, y ahora cuando quieren volver, el mercado las considera oxidadas. En otras ocasiones no pueden porque los horarios no son compatibles con la conciliación”, agrega Mamen.

 

Administraciones públicas y empresas han de seguir trabajando para erradicar esta lacra; implicando a sus plantillas en esta problemática, compartiendo información sobre la realidad de la violencia de género y sus consecuencias, informando sobre la existencia de ayudas incorporando medidas de conciliación para las mujeres víctimas con hijos a su cargo o apoyando programas de empleo de otras entidades cuyo objetivo sea la inclusión sociolaboral de las mujeres que padecen esta lacra machista

Campañas de sensibilización para desterrar los falsos estereotipos asociados a las mujeres víctimas de violencia de género (absentismo, inseguridad, bajo rendimiento, etc) que lastran su inclusión social; y organizar más actividades formativas e informativas sobre los distintos tipos de violencia que existen y se den a conocer proyectos, recursos y herramientas existentes a nivel nacional, tanto en atención integral a las víctimas, como en prevención, asesoramiento, formación, investigación, etc.