Diana Dolea, “Participante del Mes”

La nueva ganadora de la zona de juegos de InnTalent (herramienta interna de trabajo entre los participantes de las Lanzaderas de Empleo) es Diana Dolea.  Este hecho le otorga la condición de “Participante del Mes”. 
 
Tiene 25 años y es integrante de la Lanzadera de Gandia. Su formación es de Ciencias, con Grado en Ciencia y Tecnología de los Alimentos; y un Máster en Gestión de la Seguridad y Calidad Alimentaria. Pero su verdadera pasión son las Letras. Entusiasta de la literatura y voluntaria en una librería solidaria, ahora centra sus esfuerzos en buscar trabajo en este sector. 
 
 Haciendo gala de su pasión por la lectura y la escritura, nos brinda esta entrevista, en la que nos cuenta que descubrió las Lanzaderas de Empleo en una publicación en Linkedin, en la que la llamó la atención el propio nombre. Reconoce que se dejó llevar por la buena impresión y se apuntó sin imaginar todo lo que vendría después…. 

 

 

 

¿Cómo ha resultado la experiencia?  
 
Ha sido increíble e inolvidable porque se aprenden muchas cosas, se viven muchas historias,  propias y ajenas: la del técnico y las de los compañeros, que se convierten en tu segunda familia,  así como las de todas las personas que colaboran y te inspiran.  Es un proceso que puede parecer largo, pero no lo es en absoluto. Todavía recuerdo mi primer día en el programa; me veo sentada en una de las sillas, con mi nombre entre los labios, susurrándolo, y mi mano escribiendo las ideas que podía recoger, tratando, al mismo tiempo, de hacerme con las presentaciones de cada uno de mis compañeros. ¿Imaginaba yo, entonces, que iba a crecer tanto? ¿Acaso intuía, siquiera, que les cogería cariño a esas personas desconocidas? ¿Cómo iba yo a vislumbrar la posibilidad de redactar, en estos momentos, este pequeño párrafo? Lanzadera de Empleo te cambia, en cualquiera de los sentidos. 

 

 

¿Qué has aprendido para mejorar tu empleabilidad? 
He descubierto lo que no he podido aprender por mí misma, en casa, delante del ordenador. Ahora, sé quién soy y quién quiero ser; conozco la dirección que deseo seguir, así como los obstáculos que puedo encontrar en el camino. Sé, más que nunca, lo que realmente anhelo lograr y, por primera vez en mi vida, me reconozco en el espejo.  También he aprendido a contar la mejor versión de mi historia, he descubierto de qué modo puedo hacerme visible, he utilizado nuevas herramientas digitales que me han permitido, por ejemplo, gestionar mejor mis proyectos, me han indicado cómo contactar con las empresas y de qué manera acercarme a ellas, entre otros muchos aspectos esenciales que podría seguir nombrando.
 

 

 ¿Cómo te presentabas antes a una entrevista y cómo piensas hacerlo ahora? 

Hace algo más de un año, me presenté a una empresa con un currículum que no transmitía emoción alguna, no destacaba en absoluto ni mostraba una propuesta de valor. Ahora, en cambio, entregaría uno con un diseño acorde a mi personalidad y pondría en evidencia todo aquello que me diferencia. Por otro lado, antes no investigaba las empresas como es debido y, en consecuencia, no conocía sus valores ni sabía si podían, realmente, vincularse con los míos. Con lo cual, no entendía por qué estaba sentada en una silla, frente a una persona que desconocía, esperando una serie de preguntas que respondía sin demasiada convicción. Me costaba dar con la mayoría de las respuestas, pues tampoco conocía mis puntos fuertes ni mis áreas de mejora.  En definitiva, no había forma de “enamorar” porque yo misma no creía en lo que estaba contando, si es que era consciente de lo que estaba transmitiendo.  Volviendo al presente, en una entrevista resultaría ser distinta en todos los sentidos, ya que estaría en el lugar adecuado como lo es una librería. Por ende, ¿cómo no iba a poder “hacerme llegar” si los libros son la base que me mantienen y si la escritura es mi máxima forma de expresión? 
 

 

¿Dónde buscas trabajo actualmente? 
Aspiro a trabajar en alguna librería que puede estar ubicada tanto en Gandía como en Valencia. No me importaría coger el autobús o el tren durante todos los días para estar en el lugar donde siento pertenecer. No obstante, sí amplío a más sectores, como en el que me he formado, porque soy consciente de que el camino no es uno solo, sino que son varios los que se pueden recorrer para volver a retomar el más importante.
 
 

 

¿Cómo te “venderías” a un reclutador? 
Antes que nada, imaginaría que ese reclutador sería tan sólo una persona dispuesta a escuchar mi historia; esta idea me daría mucha confianza. Luego, se la contaría de la forma más sencilla y clara, haciendo referencia, en todo momento, a las necesidades de la empresa y tratando de mostrarle de qué manera podría yo satisfacerlas.  Con respecto a mis puntos fuertes, soy organizada, responsable, constante, detallista, agradecida, humilde, creativa, proactiva… Trabajo bien en equipo y tengo iniciativa. No necesito que me guíen ni que me indiquen los pasos que debo seguir; es más, me encanta ir siempre por delante, aportando ideas y buscando la forma de hacerlas reales. En relación al valor que puedo aportar a una empresa, es mi facilidad para escribir y el gran amor que siento por la literatura. Considero que tengo “el poder de las metáforas”; veo y percibo las cosas dadas a través de la magia, les encuentro símiles que van más allá de la propia realidad. 
 
Podría resultar curioso el hecho de que, habiendo estudiado ciencias durante años, me muestre tan afín a la literatura. Lo cierto es que cambiamos. Se necesita un gran valor como para separar de nosotros lo que ya no nos “habla” y aceptar, así, lo que sentimos. A partir de cierto momento, me convertí en “hija del silencio”, tal como me conocen mis compañeros, porque todo en mí son palabras; y como bien sabemos, las palabras escritas no tienen voz propia, sólo se muestran en las mentes de los lectores.