Ahora que ya hemos ido cogiendo velocidad de crucero, y siguiendo con las visitas de profesionales que nos aportan sus conocimientos y experiencias, en esta ocasión ha venido a impartirnos un taller de gestión de conflictos Leticia Rodríguez, psicóloga clínica y perito judicial.

En cualquier relación personal en general, y de trabajo en particular, se presentan de manera habitual situaciones de conflicto: desde una simple diferencia de opinión intrascendente hasta problemas graves, con consecuencias de hondo calado emocional. La primera pregunta que nos lanzó Leticia fue simple: ¿el conflicto es bueno o malo? Lo evidente es que es inevitable que los haya; de ahí la importancia de la manera de afrontarlos.

Siguiendo la máxima de que no hay mejor explicación que la práctica, nos propuso tres situaciones, en las que quedó en evidencia cómo cada uno las ve de formas muy diferentes. Con todo ello, Leticia nos quería demostrar -¡y vaya si lo consiguió!-, que de los conflictos se aprende. Se aprende a conocernos, a poco que nos observemos, y también que la empatía, eso que todos creemos tener pero que es tan difícil de poner en práctica, ayuda de manera muchas veces decisiva.

En definitiva, se trata de conseguir el objetivo más enriquecedor en estas situaciones: el famoso win-win. Yo gano y tú también. Porque no hay que olvidar que un conflicto se puede terminar de muchas formas, siendo bastante habitual que una parte pretenda ganar y que la otra pierda… y se acabe perdiendo los dos.

Todo esto son, si se quiere, evidencias, pero no por sabidas es menos cierto que en el día a día las dejamos de lado, y depende de nuestra inteligencia emocional cómo afrontemos los problemas. Del esfuerzo que hagamos, y de los “ingredientes” que pongamos –empatía, voluntad de acuerdo, asertividad…-, dependerá en buena medida la solución. Agradecemos a Leticia, cómo no, que nos lo hiciera ver de esa manera tan práctica como dinámica. Ahora nos toca a todos aplicarlo.