Señores pasajeros, pónganse cómodos, relájense y disfruten del viaje a “su mejor yo”.
El día 9 de noviembre, mientras Madrid amanecía de fiesta, en Seseña aterrizaba la psicóloga Patricia García, de Psicotrycia y Asociación Movilizarte, a impartinos un taller divertido y motivador de crecimiento personal: Supérate. El viaje a tu mejor yo.
Comenzamos preparando nuestro equipaje, el cual nos enseñó que era personal e intransferible y que tenía que llevar lo mejor de nosotros para viajar a cualquier lugar. Cada uno metió en su maleta: desde el pasaporte hasta la alegría o la constancia, pasando incluso por la valentía. Cosas muy importantes que nos acompañan día a día.
En este viaje tan interesante, que ya había comenzado, hizo su primera parada en un agradable lugar donde podíamos relajarnos y conocernos un poco mejor: nuestro jardín. Lugar que representaba nuestro yo interior, abriendo la puerta que conectaba con él, observando lo que en aquel maravilloso lugar había y arrancando de raíz las malas hiervas que en muchas ocasiones no nos dejan ver lo bueno y bello de nosotros, nuestras aptitudes y actitudes escondidas por los miedos. Todo ello, acompañado de una música relajante que hacía mas fácil el trabajo.
Volvimos a retomar nuestro viaje, aún más si cabía, con más emociones positiva que no nos pesaban y con el exceso de equipaje en tierra. El lastre que no nos dejaba viajar felizmente.
Patricia nos aviso de la siguiente parada: la caja de los miedos.
Cada uno de nosotros llevábamos una caja, la cual la pintamos a nuestro gusto y manera; acto seguido, apuntamos en papeles pequeños los miedos que teníamos y los íbamos metiendo dentro de la caja. Después, nos hacíamos unas preguntas para profundizar en el miedo y reconocerlo.
¿Cuándo me da miedo?
¿Tengo razones reales para tener miedo?
¿Qué ocurre cuando tengo miedo a esto?
¿Qué cosas no me atrevo hacer?
Una vez identificado el miedo, lo guardábamos en la caja para tenerlo controlado y que, en la medida de los posible, no volviera a salir. Y si eso ocurriese, ya teníamos herramientas para volverlo a controlar.
¡Última parada!El viaje llegaba a su fin. En este punto, Patricia nos repartió unos globos que hinchamos pensando en nuestro miedo y echándolos en cada espiración. Cerramos los globos y los atamos a un trozo de cordel, el otro extremo, lo anudamos a una parte de nuestro cuerpo. Una vez anudados, los explotamos, desvaneciéndose los miedos en el aire. Toda una liberación.
Con este viaje, que nos hizo llegar a nuestro interior, rebuscar en él, localizar lo que nos podía frenar en nuestro crecimiento y subsanarlo, llegamos a comprendernos un poco más y a empezar a saber lo que queremos y necesitamos. En definitiva, fue un viaje impresionante que nos hizo conocer y alentar nuestro mejor yo.
Sonia Búrdalo Díaz