Reflexión Personal, por Esther Cerezo

REFLEXIÓN PERSONAL

Estamos llegando al final de nuestra andadura en la Lanzadera de Empleo y me gustaría compartir con todos vosotros mis sentimientos ante esta experiencia a punto de finalizar.

Desde que conocí el proyecto a través de redes sociales y en diversas páginas de empleo me pareció muy interesante. Además, ser seleccionada ha resultado muy positivo para mi situación personal, una situación de desempleo demasiado larga y con mucha energía y talento para compartir que me estaban empujando hacia un abismo. Creo que soy un reto para el Proyecto Lanzaderas. Por un lado, pertenezco al grupo de edad de entre 30 y 45 años sin incentivos para la contratación, por otro, el parón laboral que elegí hacer para formar una familia se extendió más de lo que originalmente quería y ni siquiera hubiese imaginado. Hice un break en mi carrera profesional en el momento que empezaba a florecer, pensando que volvería a retomarla, quizás con una meta menos ambiciosa, pero no contaba con los años de dificultad en el empleo que hemos pasado. Quise suplir esa falta de empleo remunerado por trabajo voluntario, al que me dediqué con toda mi profesionalidad y compromiso. Pero llegó un momento que eso ya no resultaba suficiente para sentirme bien conmigo misma.

Por todo ello, he dado lo máximo a la Lanzadera Portuense. He sido un miembro muy activo de mi lanzadera, tanto en el trabajo por proyectos como en la creación de contenidos en redes sociales o en la participación en las actividades que hemos ido realizando en nuestro día a día. Y me llevo tanto o más de lo que he dado, aunque no haya encontrado mi empleo soñado... al menos de momento.

De mi nuevo equipaje destacaría un conocimiento de mi misma mucho más profundo que cuando empezamos, algo que nunca hubiera imaginado, creía que con mi experiencia vital eso lo tenía más que aprendido. También he profundizado mi cultura empresarial, ya que, si bien en las intermediaciones no hemos conseguido contrataciones directas, en estas visitas los gerentes, fundadores o trabajadores nos han ido contando las historias de sus inicios con gran emoción, tocando en ocasiones mi fibra emprendedora que no termina de aflorar. Y por supuesto me llevo un grupo de compañeros, muchos de ellos amigos ya, entre los que hemos iniciado nuestro networking particular, el cual estoy convencida creará un efecto dominó inverso a medida que nos vayamos incorporando al mercado laboral.

En relación a los objetivos de la lanzadera, algunos se han logrado, otros no. La empleabilidad de los participantes ha crecido exponencialmente con nuestras actividades diarias, somos mucho más visible para el tejido empresarial que nos interesa y lo somos con una imagen muy mejorada de nosotros mismos, somos capaces de vendernos de manera profesional sabiendo donde incidir o que callar. Hemos aprendido a valorar nuestras competencias, a exponerlas sin pudor, incluso hemos mejorado alguna de ellas. En cuanto al trabajo en equipo, tras cinco intensos meses de trabajo en común, con las dificultades y roces propios de la unión de veinte desconocidos tan diferentes, creo que hemos hecho un buen trabajo finalmente. Sin embargo, nuestros datos de inserción laboral son bastante pobres.

Para mejorar un poco nuestras estadísticas, tanto al Ayuntamiento como al equipo de recursos humanos de la Fundación Santa María la Real les trasladaría la misma idea que transmitimos a las empresas que visitamos: tenemos talento, competencias a raudales y gran capacidad de trabajo en equipo, téngannos en cuenta en sus procesos selectivos actuales o futuros, como técnicos de lanzadera o en los planes de empleo del Ayuntamiento.

También me gustaría hacer un llamamiento al equipo gestor de las lanzaderas de empleo, les pediría un último esfuerzo para optimizar toda la inversión económica y humana que realizan en este proyecto. Una última petición, hecha con total humildad, bajo el punto de vista de una participante muy activa, sin conocer a fondo los pormenores de la normativa aplicable. Tras estos meses de intenso trabajo considero que se hace necesaria una revisión de los protocolos de intermediación, somos muchas lanzaderas llamando a las mismas puertas para darnos a conocer, y si no actuamos de forma conjunta podemos saturar el mercado antes de lo que imaginamos. En nuestro caso hemos sido afortunados porque somos los primeros en El Puerto de Santa María, el efecto sorpresa nos ha favorecido, pero al mismo tiempo hemos sufrido las consecuencias negativas de que algún otro equipo vecino se nos haya adelantado. Al Ayuntamiento le pediría un mayor apoyo en nuestros contactos con las empresas locales, a través de las distintas asociaciones o colectivos que colaboran con ellos, en ese aspecto nos hemos sentido un poco huérfanos.

Finalmente me gustaría dar las GRACIAS (con mayúsculas) a todos los que hacen posible este proyecto, desde su promotor, Jose Mª Pérez "Peridis" hasta Mª José González, nuestra técnico, que ha estado al pie del cañón guiándonos, soportando a veces algún que otro mal día en esta búsqueda ciega en la que estamos embarcados. GRACIAS por la idea, GRACIAS por los medios que ponéis a nuestro alcance y GRACIAS por vuestras palabras de apoyo.

Solo me queda añadir que me siento muy orgullosa de haber sido seleccionada y de haber tenido la ocasión de formar parte de este proyecto, que desde mis medios voy a recomendar la participación en una Lanzadera de Empleo a todo aquel que se encuentre en una situación complicada en su búsqueda de empleo. Seré la mejor abanderada que el Proyecto Lanzaderas pueda tener.