Punto y seguido

 

15 de febrero de 2017.

Empezamos algo nuevo. Unos con más ilusión que nervios y otros, al contrario. Todos tenemos ganas de hacer un cambio y curiosidad por saber cómo va a ser la lanzadera, qué puede aportarnos para la búsqueda de empleo, y cómo son todas aquellas personas que se han embarcado en lo mismo que nosotros.

 

15 de marzo.

Concretamos los proyectos en los que vamos a trabajar y entramos en faena: #Comunicación, Empleo, Eventos y Formación. ¿Funcionaremos bien? ¿Sacaremos todos los proyectos? Queremos hacerlo lo mejor posible, pero miramos esta nueva etapa con cautela.

 

6 de abril.

Tenemos nuestro primer Encuentro Interlanzaderas. Algo que nos sonaba extraño, pero que ha resultado ser una manera muy entretenida de conocer a los equipos de las otras dos lanzaderas que han empezado en Valladolid al mismo tiempo que la nuestra. Todo lo que hemos vivido en casi dos meses nos hace verlos por primera vez, y saber que somos compañeros de viaje.

 

9 de mayo.

Estamos en el ecuador de la lanzadera. A estas alturas, sabemos que algo está funcionando porque esa sensación inicial de desamparo que, en mayor o menor medida, planeaba sobre nuestro ánimo, se ha visto aplacada con el día a día, gracias al trabajo y el apoyo de todo el equipo. En este punto, cada colaborador que recibimos o que nos recibe, nos comenta que somos un equipo muy cohesionado. Nos miramos entre nosotros y nos reímos. Puede que sea verdad, pero para nosotros ya es algo natural.

 

29 de mayo.

Es un día duro para nosotros. Colocamos una mesa menos de lo habitual en el salón de actos que nos sirve de aula, indicativa de que algo no es igual. De repente, cuatro compañeros nos dejan. Estamos contentos por ellos, convencidos de que les va a ir estupendamente en su nueva andadura profesional… Pero… cuatro.

 

30 de mayo.

Tenemos nuestra primera intermediación con empresas. Daba vértigo al principio, pero no podría haber salido mejor. Nos da fuerzas para coger impulso para todo el tiempo que nos queda.

 

15 de junio.

Todos sabemos que es un día especial. Hemos preparado un evento para ayudar a otras personas con todas las herramientas que hemos venido trabajando durante estos meses. Llegamos con algunos nervios, pero no tardan en disiparse. Todo sale estupendamente, los participantes y nosotros mismos le sacamos todo el jugo que podemos y lo disfrutamos.

 

13 de julio.

El calendario dice que es el final de la lanzadera. Las emociones están a flor de piel. Aunque no somos todos los que empezamos, sabemos que va a ser duro despedirnos y no reunirnos de nuevo el lunes. Los que hemos llegado hasta este último día y los que no, hablamos para poder reunirnos otro día y despedirnos como es debido, juntándonos una vez más. Y nos damos cuenta de que la lanzadera no termina, porque la lanzadera somos nosotros y las ganas que seguimos teniendo de seguir ayudándonos en lo que podamos, de seguir compartiendo, y de seguir dando lo mejor de nosotros mismos en todos los aspectos de nuestra vida.

 

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Después de cinco meses de trabajo y experiencias, nos llevamos mucho más que un currículum más elaborado. Como dicen los propios compañeros:

 

Para mí me ha aportado actitud, conocimiento y trabajo en equipo. Todo esto se une y hace que mis valores se multipliquen (Mª Aránzazu).

La Lanzadera de Empleo nos ha ayudado a ver nuestras competencias y valores y también a potenciarlos; hacer currículums que llamen la atención y ver el tema del empleo como un trabajo y que se puede hacer en equipo (Bernardo).

Gracias a la lanzadera he descubierto muchas cosas que de otra manera no habría conocido, tanto a nivel profesional como personal. Hemos tenido acceso a recursos y personas de las que he podido aprender. Pero sobre todo, he conocido a unas personas extraordinarias a las que tengo la suerte de llamar compañeros (Iris).

Esta experiencia a la que pongo fin en poco tiempo me ha servido para compartir diferentes tipos de momentos, unos más sencillos que otros, ya que ha habido momentos muy emotivos, como cuando algunos compañeros se incorporaron al mercado laboral, y me ha servido para conocerme mejor y una forma de estar en contacto directo con empresas que cada uno de nosotros hemos propuesto (Lara).

A mí me ha servido para volver a tener confianza y seguridad en mí, a ver mejor cómo soy de cara al trabajo y en la vida. A conocer a unas personas que me han ayudado, apoyado y ahora forman parte de mi vida y espero que sigan en ella de aquí en adelante (Mar).

Para mí ha sido una experiencia diferente a la hora de afrontar la búsqueda de empleo aportando entre todos y para todo el equipo conocimiento y experiencia para salir de esa situación. Para mí ha sido una experiencia positiva y enriquecedora. La recomendaría para otras personas desempleadas (Mª Luisa).

La Lanzadera ha sido un viaje en tren en el que me embarque hace cinco meses con destino: Mejorar mi empleabilidad. Un viaje que empecé con mucha ilusión, pero también con miedos e inquietudes. Durante todo el trayecto he aprendido sobre competencias, inteligencia emocional, he mejorado mi visibilidad, mis fortalezas y mis debilidades. Todo gracias a veinte, bueno veintiún compañeros de viaje maravillosos. Avanzamos (Marta).

 

Por todo ello, estamos muy agradecidos a la Fundación Santa María La Real, al Ayuntamiento de Valladolid y a la Agencia de Innovación y Desarrollo Económico de Valladolid.

 

Pero de manera muy especial, estamos profundamente agradecidos a nuestra coordinadora, Laura Ortega, que se ha implicado totalmente con nosotros y que nos ha apoyado en cada paso del camino. Sin ella, nada habría sido igual. Sin ella, nosotros no seríamos iguales.

 

Y gracias a todos los que de una manera u otra, habéis compartido esta aventura con nosotros. A todas las empresas que nos han abierto sus puertas, a todos los colaboradores que han participado y nos han ayudado con su experiencia, y a todos los que habéis estado al otro lado de la pantalla, siguiendo nuestras aventuras. Gracias por estar ahí.

 

#Avanzamos.