Nos visita Raquel Acón

Nueva jornada de visitas inspiradoras en la Lanzadera Oviedo 2018. Hoy recibimos a Raquel Acón, experta en coaching, que nos dejó unas interesantes reflexiones, además de hablarnos de su evolución profesional, y cómo pasó de estudiar Recursos Humanos, a ser responsable territorial en una empresa de comunicaciones, y más adelante, tras perder su empleo, su reciclaje como coach. 

Su charla, titulada 'Me he hecho amiga de la piedra con la que siempre tropezaba', nos ha ayudado a conocernos un poco mejor, y a seguir avanzando con más confianza. Hablamos sobre cómo influyen nuestras creencias profesionales en el empleo, y sobre la necesidad de modular, conocer y controlar esas creencias (por ejemplo, la autoexigencia). Solo conociéndonos bien a nosotros mismos, nuestra parte buena y también nuestro lado 'malo', podremos aceptarnos. Ese 'lado oscuro' existe en todos nosotros, y es sano y positivo aceptar que sentimos envidias, rencores y resentimientos. Es importante saber que los pensamientos positivos pueden cambiar nuestras emociones, e influir en nuestra actitud (también los negativos). "Sin aceptación, no puede haber cambio". Es necesario saber cuáles son nuestros filtros, y nuestro comportamiento, que depende de las creencias, los valores, las capacidades, el entorno, las emociones y la experiencia. 

Tras el autoconocimiento, llegamos al autocontrol. Raquel nos expuso un gráfico formado por tres círculos concéntricos. En el centro está la zona de control (emociones, actitud, comunicación, decisión y pensamiento), aquello que nosotros podemos mejorar. Alrededor, la zona de influencia (rendimiento, capacidades...). Y fuera, la zona de 'no control' (la decisión de un jefe, factores externos…). Si nos frustramos por cosas que ocurren en esa zona exterior, perderemos el tiempo con pensamientos negativos. "Debemos enfocar nuestros esfuerzos a la zona de control, la que depende de nosotros"

 

  • "Mi éxito no depende de tu fracaso. Las culpas son nuestras, de nuestras actuaciones"

 

Las emociones no se pueden eliminar, pero sí podemos decidir qué hacer con ellas. De nada sirve encoger los hombros y decir 'yo soy así', 'no es culpa mía', 'yo no puede cambiar nada'... Y tampoco es útil victimizarse o buscar culpables. Por ello es necesario aprender a razonar las emociones, nombrarlas e identificarlas. "¿Siento ira, cabreo, molestia o indignación?". No es cuestión de cambiar, sino de interiorizar lo que sentimos. Aprender a seguir e identificar nuestros instintos, también nos ayudará. 

 

  • "El resentimiento es el veneno que yo me tomo, para que te mueras tu"

 

Según algunos estudios, tenemos 60.000 pensamientos a lo largo del día. Si pasamos 16 horas despiertos, hacen una media de 3.750 a la hora. 62 al minuto. Más de uno por segundo. Y la mayoría son negativos, o recurrentes. Referencias a errores o decisiones del pasado. Por eso es importante escucharnos a nosotros mismos, potenciar ese diálogo interno, y enfocarlo hacia cosas positivas. Pensar en objetivos cortos, fáciles y asequibles, es una forma de avanzar. Debemos aprovechar cada oportunidad, porque "el tiempo no se gestiona, simplemente transcurre". Otra herramienta imprescindible es la comunicación, el único medio que tenemos de relacionarnos con el mundo. Debemos escoger bien nuestras palabras y silencios, separar las opiniones de los hechos, pensar antes de hablar, y leer entre líneas. Y sobre todo, practicar la escucha activa. 

 

 

Todo -o casi todo- se resume en unas pocas premisas.

  1. Actitud (se positivo).
  2. Motivación (recuerda que no siempre te darán una palmadita en la espalda,y que a veces estarás solo).
  3. Impacto (nunca saben qué reacción provocarás, y hasta dónde llegará).

 

Para concluir, os dejamos un enlace del video que el que concluímos la sesión, y que explica, de forma muy visual, cómo enfrentarse a la vida. Y recordar, debemos hacernos amigos de las piedras con las que tropezamos. Conocerlas, comprenderlas y reconocer que tendremos que convivir con esos obstáculos.