¡No estás parado, estás desempleado!

Uno de los grandes fantasmas que nos azuzan en estos tiempos es quedar parado, desempleado o desocupado  y no conseguir trabajo en el corto plazo.

 

En momentos en que la desocupación laboral es una situación mucho más común y que afecta a más gente de lo que nos podemos imaginar, debemos convertir esta situación relacionada con los miedos y el abismo en una realidad para el crecimiento personal,  pudiendo ver el medio vaso lleno y no el medio vaso vacío. El medio vaso lleno es tu tiempo libre. Ahora tienes el tiempo que antes no tenías. Aprovecha tu tiempo libre.

 

En este caso, el medio vaso lleno es no quedarse en las lamentaciones, ni deprimirse; debemos mantener la calma. Mientras tanto, debemos obligarnos a buscar actividades, a quitarnos las presiones de encima  y a ocupar nuestro tiempo con tareas que nos enriquezcan en lo personal, mientras continuamos sin desesperarnos en la busca de nuevas salidas laborales.

 

Un estado de calma es el que nos dará fuerzas para hacer nuevos planes, vamos a proponernos irradiar confianza y mantener una actitud positiva. Es el momento de abandonar los reproches y cambiarlos por aspiraciones. Lo que te falta y no tienes es la opción ideal para empezar a crecer.  Aprovecha tu tiempo, se proactivo, emprende, fórmate, busca tu talento y enciéndelo. ¿Te comprometes? Pues vamos a empezar por crear conciencia de aquello que NO debes hacer si estás desempleado.

 

  1. Las prestaciones se acaban. No esperes a que se acerque el final de la prestación para iniciar el cambio, lo ideal es que aprovechando que recibes una prestación y que la presión es menor, aproveches el estado emocional de mayor calma para ponerte en la tarea.
  2. Ser esclavo del desánimo, el pesimismo y el pasotismo. Sí, buscar empleo es un carrusel de emociones que van desde la ilusión de la oferta, al éxtasis después de una llamada de teléfono que anuncia una posible contratación o el más absoluto desánimo después de ser rechazado. ¿Qué podemos hacer? Recuerda algo, a veces parece que la vida te dice NO, cuando en realidad te dice ESPERA. ¿Cómo es más fácil llegar a un destino? Caminando… No desesperes, cree en ti, confía y no pierdas la esperanza. Puede que estés a punto de llegar.
  3. Al que madruga… El trabajo no va a llamar a tu puerta, ser activo, resolutivo, perseverante son mensajes que mandas cuando tu búsqueda de empleo se transforma en una obligación, en un trabajo. Ponte horario y trabaja en buscar empleo.
  4. No te compares. Te llegarán mensajes de que alguien ha encontrado trabajo, de que alguien ha conseguido el puesto que querías. No te compares. Puede que tengan mejor formación que tú, puede que hayan luchado más que tú, puede que tengan… más enchufe que tú. No olvides que cada uno tiene un camino, no olvides tu propio camino, prestar atención a los caminos de los demás, te llevará a desantender el tuyo.
  5. Los reproches. Y si… hubiera estudiado fisioterapia, y si… hubiera echado el CV antes en esa empresa… Y si… Y si… Cambia tus reproches por aspiraciones, en lugar de culparte por algo que no has hecho o que podrías haber hecho de otro modo, proponte retos, cambia, aprender de los errores, en definitiva ¡ACTÚA!
  6. Tiro la toalla.¿Ya? ¿Te vas a dar por vencido? ¿En serio? ¿Y si estás a punto de alcanzarlo? Puedes crear un plan B, o C, o si me apuras un plan Z, pero nunca olvides tu pasión, no olvides cuál es tu sueño. Hay muchos caminos para llegar, pero recuerda, ya lo decía Antonio Machado: “Caminante no hay camino, se hace camino al andar”.
  7. Dejar a un lado el ocio. Te autocastigas. “No voy a subir al monte a comer porque debería estar buscando trabajo”, “No voy a ir a ese concierto… no porque no tenga sueldo… porque es gratis… sino porque debería quedarme en casa y pensar en mi futuro”, “No voy a quedar con mis amigos o mi pareja porque no estoy de ánimo y prefiero martirizarme en casa”. Con el autocastigo, solo vas a conseguir que tengas una actitud pesimista, derrotista y que no te ayude a alcanzar tu objetivo.  Recuerda, el vaso medio lleno es tu tiempo libre, aprovéchalo, disfruta y vive esta etapa con ilusión.
  8. Derrotismo. ¿De verdad crees que jamás volverás a trabajar? ¿En serio piensas que estarás así siempre? Pues no. Todo es cíclico. Volverás a estar bien. Pero puede que… luego mal. Y luego bien… y luego mal… Es normal tener días en los que te sientes desilusionado, abatido y cansado, pero… ya lo dijo la canción “Nada es para siempre”.
  9. Quien espera, desespera. “Lo que tenga que venir vendrá”. ¡NO! Sal a buscarlo, haz tu red de contactos, preséntate, haz un mapa que refleje todas las empresas donde te gustaría trabajar… y recuerda, el movimiento crea movimiento.

 

Tamara Muñoz "Psicología & Coaching"

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