La persona ante el nuevo paradigma social.

¡Hola queridos lectores!

Hoy os traemos algo genial y super interesante de mi compañera y amiga Mertxe Martinez, asi que sin más os dejo con su artículo.

 

Hace unos días tuve el enorme placer de representar a todos mis compañeras y compañeros de la Lanzadera de Empleo de Ronda en el encuentro que se celebró de todas las Lanzaderas de la provincia de Málaga en el edificio de La Térmica. En aquella ocasión tenía que hablar del necesario cambio de actitud que debe protagonizar la persona ante el nuevo paradigma laboral existente hoy en día. Para ello, y aunque muy brevemente, me pareció necesario tomar como punto de partida el momento histórico en el que nos encontramos en la actualidad. Pues bien, en este post me gustaría traer alguna de las reflexiones que me fueron surgiendo a la hora de preparar aquella intervención.

 

 

Llevamos vividos ya casi 20 años de este siglo XXI y si hay algo que podamos afirmar como característico del mismo es la rapidez con que se suceden los cambios. Es vertiginosa esta velocidad en la aparición de cambios tecnológicos, en los canales utilizados para comunicarnos, en la sucesión de noticias, en los procesos de transformación, en los avances en cuestiones como por ejemplo la inteligencia artificial  y así la lista podría seguir y seguir. Por esta razón, creo que el nuevo paradigma más que laboral es ante todo y sobre todo social. Este nuevo escenario está presente en todas las facetas del ser humano: la personal, la familiar, la formativa, la relacionada con su ocio y tiempo libre … y como no podía ser de otro modo, también, la faceta laboral o profesional. En este contexto, los cambios están siendo tremendos, radicales. Aspectos como la irrupción de la tecnología en los procesos de producción y/o transformación, la deslocalización, la inevitable desaparición de puestos de trabajo e incluso directamente de oficios, el surgimiento de muchos otros para los que los institutos, universidades y demás centros de formación aún no están preparando, la aparición de nuevas formas de economía colocan al individuo en una situación de tremenda vulnerabilidad. 

 

No seré yo, ni mucho menos, quien entone el “pobre del ser humano”. Pero en años de experiencia profesional con colectivos de personas socialmente vulnerables solo por el hecho de ser jóvenes o ser mayores, de ser mujeres o por haber nacido en algún lugar del mundo con menos ventajas de partida, he observado que en ocasiones  el mercado de trabajo aparta a personas a las que cuando se les da la oportunidad y el lugar adecuado consiguen, muchas veces, llegar a brillar y además con luz propia. 

 

En este sentido, iniciativas como las Lanzadera de Empleo tiene la enorme riqueza de apostar por la persona y colocarla en el centro de todo el proceso, apostar por el ser humano en cuanto a individuo pero, al mismo tiempo, también en cuanto a ser social. Si tuviera que destacar algo de todos estos meses de formación, sería el proceso de enriquecimiento personal a partir del grupo. Me ha encantado ir viendo como la introspección individual de cada uno de nosotros ha ido dando paso a un mayor conocimiento de nosotros mismos. Por supuesto, que esto no te convierte de repente en ingeniero de minas o en bióloga marina sin pasar por la facultad correspondiente o te hace hablar con exquisita fluidez coreano sin haberlo estudiado antes o estar en posesión de todas las competencias necesarias para ser una excelente cocinera o un magnífico cuidador de personas dependientes, claro que no. Pero he podido comprobar como esta apuesta por la persona ayuda, y de qué manera, a ir quitando algunas de las tiritas que el mercado laboral injustamente a veces nos va colocando, por considerar, por ejemplo, que a una edad ya nos somos útiles o que a otra edad aún no somos lo suficientemente útiles. 

Creo que son muchos los retos que tenemos delante de nosotros como especie y nada más lejos de mi intención que crear nuevas víctimas, pero en un espacio como es este blog, me apetecía aportar la dimensión que para mi tiene el trabajar con personas.

 

Es curioso además como la referencia del otro en el proceso personal de cada uno puede llegar a convertirse en una potentísima herramienta de toma de conciencia, de mejora y de impulso. Y este camino es el que precisamente hemos ido recorriendo como grupo. Han sido horas, dinámicas, ejercicios, reflexiones y debates en grupo, emociones e inseguridades dichas en voz alta, fortalezas que se han hecho más fuertes. Y todo este granito a granito ha contribuido a que uno de nosotros se diera cuenta de algo que no sabía que podía hacer o que otra de nosotras descubriera una nueva faceta o enfoque profesional de su trayectoria o superara algo que hasta ahora no había sido capaz de hacer. La lista es mucho más larga, diría que por lo menos tanta como personas integramos esta Lanzadera de Ronda y multiplicado por tantos retos y descubrimientos como cada uno hemos tenido a lo largo de estas semanas.

 

Por eso, concluiría este post invitando a seguir quitándonos tiritas en lo que queda de Lanzadera y una vez haya concluido nuestro paso por la misma.



 

Una vez más muchisimas gracias por leernos.

 

Un saludo y hasta la próxima. 



 

Por: Mertxe Martinez

 

 

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