La liberación de las creencias limitantes en la búsqueda de empleo

                                                                                                                                                                       ​María Pérez Ródenas Técnica de Orientación Sociolaboral

No son las hormonas ni los neurotransmisores producidos por los genes los que controlan nuestro cuerpo y nuestra mente; son nuestras creencias las que controlan nuestro cuerpo, nuestra mente y, por tanto, nuestra vida... Bruce Lipton “La biología de la creencia”

Una creencia es un pensamiento que damos por válido. Si alguien se para a observar esa creencia, posiblemente vea que no tiene ninguna justificación, no se sostiene bajo ningún argumento científico, ni racional, ni siquiera en lo que podríamos defender desde la evidencia de nuestra propia experiencia. Es una interpretación que se realiza bajo el filtro perceptivo de un momento puntual y que se generaliza a lo largo del tiempo convirtiéndose en una verdad absoluta, inconsciente en la mayoría de los casos. Cuando esa creencia nos supone una barrera para alcanzar un objetivo estaríamos hablando de una creencia limitante.

Trabajo día a día la toma de conciencia de las creencias y el  diálogo interno que está influyendo en distintas facetas, incluida la búsqueda de empleo.

Y como acompañante en la búsqueda de empleo del equipo de la II Lanzadera de Empleo de Albacete, observo el efecto de la toma de conciencia del diálogo interno: la persona se da cuenta de que no es una víctima de la situación y que es su parte de asunción de la responsabilidad lo que le puede llevar a disfrutar de este camino que supone la búsqueda de empleo, y por ende ayudarle en la consecución de su objetivo.

Entre las creencias limitantes más comunes podrían estar las siguientes:

 

En verano no busco trabajo porque hay poco movimiento

Sin enchufes no voy a encontrar empleo nunca

No tengo suerte, así que nunca voy a encontrar empleo

La crisis y el gobierno tienen la culpa de tanto paro

He buscado por todos sitios, y no me sale nada

Todos los jefes son unos.....

Si la empresa no tiene una oferta para qué voy a dejar el currículo

Para qué voy a buscar empleo si no me van a coger

Si me especializo, perderé otras oportunidades

El trabajo dignifica

El dinero sólo se consigue trabajando duro

Las entrevistas de trabajo se me dan fatal

Pensar que eres un/a parado/a y no un/a profesional en búsqueda proactiva de empleo

Ya estoy lo suficientemente formado/a

Con dedicar una hora al día a buscar empleo, es suficiente

Para mi búsqueda no necesito estar en redes sociales

Si no me han cogido en tantas entrevistas será que no valgo

Todas estas creencias conforman una historia, la historia que nos contamos en este caso que nos ocupa, la historia que nos estamos contando cuando buscamos un empleo, ese diálogo interno mental que nos acompaña y defendemos ante los demás.

En general todos tenemos creencias que pueden resultar bloqueadoras en un momento determinado pero en personas desempleadas de larga duración es más probable que se arraiguen este tipo de creencias, instaurando un estancamiento que alimenta dicha creencia, entrando en un círculo vicioso del que es difícil salir a través de motivación externa. Es una motivación interna la que puede provocar un alto en ese camino de desesperación en el que no se ve salida. Y abogo por esa motivación pero no apoyándonos en un convencimiento de que “todo va a salir bien”, interpretando ese salir bien como que las cosas salgan como yo quiero que salgan. Opino que esa positividad simplista nos aleja de una conexión con nuestra respuesta interna, y es esa respuesta a la que me refiero cuando estoy aludiendo a una motivación interna. En el fondo hay miedo, miedo a ver que las cosas pueden no salir como yo quiero que salgan y ante la frustración que supone darnos cuenta de que ha llegado esa situación a la que tanto temíamos, nos quedamos paralizados/as para no volver a sufrir esa frustración tan dolorosa que nos confirma la certeza de las sospechas más inconscientes sobre nuestras debilidades. Si el trabajo es lo único por lo que obtengo valor, me siento indigno/a si no tengo ese trabajo. Cuando basamos nuestro valor y autoconfianza en algo externo, bien sea trabajo o cualquier otra cuestión, corremos ese riesgo.

Cuando nos encontramos en esas situaciones, sujetamos en nuestro refugio de comodidad unas pancartas y las proclamamos a los cuatro vientos, les damos esa publicidad que es necesaria para divulgar tanto en el mundo digital como en el físico, le damos ese espacio a esa creencia, la mantenemos, la cuidamos, le hacemos una marca personal a nuestra situación de victimismo. Y esa historia es la que nos contamos y de la que procuramos no salir para sentirnos seguros, para no volver a sentir el miedo que produce salir de ahí. Es como si alguien quisiera dibujar y como ha decidido que sólo dibujará si tiene colores, no dibuja aunque tenga lápices de carboncillo. Y a partir de ahí se cuenta la historia de que es víctima y no puede ni podrá nunca dibujar.

Pero esta situación se desmonta cuando una persona se interesa por saber si hay una salida, cuando se dice a sí misma “tiene que haber otra manera” y en ese gesto mental se produce un paso hacia un lado que le permite ver la situación desde otra perspectiva, y puede tomar conciencia de que la perspectiva desde donde miraba no es la única, se abre a otras posturas, a experimentar, en definitiva a caminar, y a caminar con la confianza de que si estoy sufriendo por algo que pasa en el exterior es porque estoy mirándolo encajada en una interpretación concreta que me hace verlo con dolor. Desde esta visión, nuestra es la responsabilidad de la actitud que tomemos ante las situaciones que no nos gustan en la vida y este proyecto invita a quien se ha abierto a la posibilidad de que puede haber otra salida, a detenerse y observar qué se está diciendo a sí mismo/a, de qué manera se está condicionando, qué es lo que está haciendo uno mismo o una misma para estancarse en la búsqueda de empleo.

Y a partir de ahí, de vigilar esas creencias, de verlas y ver que está haciendo esa persona, se puede tomar libremente la decisión de quedarse en esa situación o salir, pero al menos con la conciencia de saber ya que no podemos “echar balones fuera”.

Desde el momento que se descubre esa parte tan hábilmente escondida en el inconsciente, viene la segunda parte de construir a partir de creencias constructivas que vamos descubriendo en nosotros/as mismos/as. Y esa es la conexión con la respuesta interna que todos tenemos.

Mi hipótesis es que a partir de esas tomas de conciencia se comienza a asumir la responsabilidad que atañe a la persona, se pueden establecer unos objetivos que surgen desde la persona en sí, aunque sea ayudada por el coach y el equipo de trabajo, pero ya será una decisión personal. Y desde ese punto se empieza a caminar en la búsqueda de empleo con otra actitud que va a generar una mayor satisfacción en la persona y por supuesto, así lo va a transmitir.

Y mi trabajo aquí -que tanto me aporta-, es el de apuntar y alumbrar esas zonas de oscuridad para que la persona en cuestión pueda ver otras perspectivas a través de preguntas y de elaborar conjuntamente unos objetivos acordes a la situación que va atravesando.