La Lanzadera sigue cumpliendo objetivos: seguimos con las despedidas

Los tiempos cambian y hoy todo va muchísimo más deprisa –y más en la Lanzadera-, pero tratándose de la ciudad en la que Fray Luis dijo, tras cinco años de ausencia por encarcelamiento en el siglo XVI, la famosa frase, en nuestro caso es casi literalmente cierto que “decíamos ayer” que pronto volvería a haber buenas noticias. Bromeamos entre nosotros diciendo que, a este paso, la Lanzadera cerrará antes del final previsto por falta de miembros en el equipo. Al fin y al cabo este es el objetivo, y con el trabajo intensivo que representan los distintos proyectos que estamos llevando a cabo, ese es nuestro horizonte.

Ayer hablábamos de lo que aprendimos con el extraordinario equipo de For Women de la gestión del talento, y eso es justo lo que no le falta a nuestro compañero Basilio Lucas,  Técnico Superior Informático, que nos deja para incorporarse a su nuevo puesto de trabajo, como técnico de sistemas y soporte en una empresa dedicada a la gestión de residencias de personas mayores y servicios de asistencia para este colectivo. Ahora va a poder desplegar su demostrado buen hacer, ya patente con una consolidada trayectoria profesional que le avala, y del que hasta ahora nos hemos beneficiado en la Lanzadera.



Bueno, nos hemos beneficiado de su capacidad técnica…. y de sus cualidades humanas, que él mismo valora en los demás, y  de las que podemos dar fe. Él fue uno de los más firmes defensores de la humildad como uno de los valores que nos marcamos al principio de nuestra andadura, y lo demuestra día a día con el ejemplo. Marca personal, sin duda. Como también lo es su disponibilidad siempre para ayudar, para liderar proyectos con capacidad, para enseñar didácticamente al resto de compañeros sobre aspectos técnicos… Además, Basi tenía muy claro cuál era su objetivo profesional, qué quería hacer y cómo, y que lo haya logrado es un enorme orgullo para todos, un lujazo haber contado con él y una motivación para persistir el resto en nuestros propósitos.



Nos deja con ese punto de pena que es directamente proporcional a la calidad y cohesión del equipo humano que hemos formado. En realidad, no es un adiós, sino un hasta siempre.

También lo es en el caso de Noemí Fernández, la proactividad en persona: compromiso, eficacia, capacidad, el punto dinamizador que todo equipo necesita… Todo esto y muchas cualidades más que a partir de ahora pone al servicio del proyecto personal que va a iniciar, algo que representaba también un objetivo prioritario para ella y en lo que le deseamos lo mejor. Lo aprendido en la Lanzadera le va a servir de mucha ayuda, y el equipo quiere agradecerle también lo mucho que nos ha aportado. Equipo menguante en número de miembros, como vemos, pero no en ilusión, actitud y ganas. Continuamos trabajando para que noticias como esta sean tan frecuentes como hasta ahora.