Traspasado el ecuador de la Lanzadera -no queremos ni pararnos a pensar lo rápido que pasa el tiempo- toca evaluar.
Hoy nos repartimos en tres mesas formando tres grupos. Los participantes irán rotando de mesa en mesa, menos el compañero/a al que le toque la labor de anfitrión, que será el encargado/a de ir recogiendo las opiniones expuestas, fomentando a su vez la participación y la conexión de todos los participantes.
“Vayan pasando sin miedo compañeros/as, hablemos y compartamos, que de eso se trata”.
Durante el ejercicio se generan intercambios de opiniones y un sano debate sobre aspectos del funcionamiento de la Lanzadera, de sus proyectos, de la relación con nuestra técnica María Pérez Rodenas -aquí han llovido flores, pero es que no es para menos-.
Se discuten los objetivos deseados a conseguir, se exponen problemas a mejorar, se evalúa en general cómo está siendo el trabajo en equipo y el trabajo individual. Se recuerdan también nuestros proyectos propios e ilusiones y, por qué no, se le hace un hueco muy importante al proyecto "estrella", el proyecto de nuestro compañero Misael Angulo González, SAPLANE. Aunque de momento sobre SAPLANE sólo os pondré la miel en los labios y diré que ¡es la caña!.
Comprobamos y recordamos nuestra evolución desde que empezamos en noviembre, siendo conscientes de que aunque el buen ambiente, el compañerismo, las ganas y el esfuerzo han estado presentes desde el principio, a estas alturas además, todos los proyectos han tomado forma y cada uno/a de nosotros/as ha ido encontrando su lugar dentro del equipo.
Asumimos que todos/as tenemos una labor muy importante y valiosa que realizar y, por supuesto, coincidimos en que la orientación de nuestra técnica es indispensable, ya que propicia la proactividad, nos impulsa a sacar lo mejor de nosotros/as mismos/as y vela por el buen funcionamiento de todo, con una gran seguridad que nos transmite y contagia de manera natural, sin apenas hacer ruido.
Por cierto, hablando de ruido, aunque parecía casi imposible, hoy ha reinado el silencio en el aula. Se olía concentración, se sentía coordinación y cada día es aún más agradable ir a la “ofi”, que ya sentimos como una segunda casa.
Nuestra andadura por la Lanzadera, nuestros logros, nuestros objetivos perseguidos y nuestros próximos triunfos a alcanzar quedan plasmados en tres murales tan peculiares, coloridos, originales y artísticos como lo somos nosotros mismos.
¡Evaluación aprobada con un 10 porque somos un 10!
¿Verdad, profe? Ups, disculpadme, no se dice profe. Además, María es mucho más que una “profe”.
Redacción: Ester Menchero Lara
Fotografía: Nuria Alfaro Rosa