Mi experiencia me ha demostrado que no hay nada más bonito que trabajar con niños, ellos son ternura, inocencia y alegría.

Te pueden cambiar el día con el simple hecho de darte un beso, un abrazo o dedicarte una sonrisa.
Una de las cosas más bonitas es dejar huella en ellos y que te recuerden como una de las personas que empezó a establecer los pilares de un largo camino que les queda por recorrer.

Me considero una persona responsable, flexible, dinámica, segura, alegre, que sabe trabajar en equipo, sin olvidar que mi gran virtud es: la paciencia.