Ponerle un poco de color al día a día siempre ha sido uno de mis principios.

Desde pequeña, ya jugaba a pintarle a mis muñecas algunos coloretes por hacerla algo diferente a los demás.

Por eso decidí, siguiendo los sueños de mi infancia, dedicarme a estudiar el mundo de la estética y la peluquería, para poder dedicarme expresamente a cuidar la imagen de las personas y que estas, se sientan bien con los tratamientos que se merece cada uno/a.

Y me siento orgullosa por dos motivos, el primero, haberlo terminado, y el segundo, es hacerlo, con circunstancias personales dificiles. Ello, me hizo ponerle más ganas y empeño pues, a pesar de los problemas que se me planteaban, conseguí orgullosamente sacar mis títulos demostrándome a mi misma el significado del compromiso por encima de todo.

Mis conocimientos y mi entusiasmo por esta profesión, me han demostrado que tengo competencias para aplicar ese toque de maquillaje y colores, siendo capaz de influir en el estado de ánimo de las personas y, demostrar que hay que darle otro color a la vida, así como dar tratamientos faciales y linfáticos, manicura y cera entre otros.

Más de cinco años de experiencia, unidos a mis ganas e ilusión de seguir creciendo en esta profesión, me han demostrado que antepongo los beneficios de los demás antes que los míos propios, con el fin de poder ver esa satisfacción en su rostro.

Y, como recuerdo día a día, tomo esta frase como principio en mi profesión:

" Aunque el mejor cosmético para la belleza es la felicidad, mi pasión dará ese toque de personalidad que una se merece"