Hola. ¿Sabes la diferencia entre un árbol y un bambú? El bambú durante sus primeros siete años (si, siete años) crece hacia abajo, haciendo expandir sus raíces hasta lo más profundo. ¿Por qué? Porque se está entrenando. Entrenando para después ser el Usain Bolt del crecimiento en todo el reino vegetal. Qué inteligente y estratega, ¿verdad? A esto súmale su flexibilidad, que no se rompe y su elevada resiliencia. ¡Apaga y vámonos!

Nos encontramos en un campamento situado en el centro de un terrible laberinto y con pocas provisiones. No recordamos cómo hemos acabado en ese lugar. Sólo sabemos que cada mañana, cuando las puertas del laberinto se abren, tenemos que arriesgarlo todo en busca de una salida. Las paredes se mueven aleatoriamente. No estamos solos. Unas horripilantes criaturas, especie de máquinas evolucionadas campan a sus anchas por el laberinto…

Sí, ¡vaya entorno más incierto, volátil y complejo!

¿Podrás salir tú solo de semejante situación? Si pudieses elegir a alguien para acompañarte y conjuntamente llegar a la bandera a cuadros, ¿A quién escogerías?

No te parece que valdría su peso en oro contar con alguien que utilizara la mente y el cuerpo como otros no se atreven a hacerlo, que fuese alguien capacitado tecnológicamente, colaborativo, que lo humano fuese su principal materia prima, conector de personas e ideas y que tuviese una motivación fuera de toda duda.   ¿Te gustaría que esa persona tuviera también los rasgos diferenciales del bambú?

Soy ingeniero híbrido y nómada de conocimiento. Te ofrezco mi talento. El tiempo apremia. Es hora de ponerse manos a la obra.

¿Comenzamos nuestra aventura?

Te agradezco tu tiempo. Lee mi CV y contacta conmigo por el medio que prefieras. ¡En las redes sociales soy givanbu!