“Creer es poder”.

Sí, es verdad, el refrán correcto es “querer es poder”, de acuerdo. Aunque es cierto éste último, siempre he optado por la palabra “creer”. Querer es muy importante para definir un objetivo pero creer ya sea en uno mismo, en una idea o en una filosofía hace que lo que lo rodea adquiera una nueva dimensión.

Desde mis inicios en el mundo laboral, siempre he tenido una especial predilección por el trato con el público. Mis tareas como dependiente en el sector textil, electrónico e industrial me han venido como anillo al dedo ya que me considero una persona sociable, positiva y motivadora.

Además, me ha hecho conocer a la perfección la gestión y control de una empresa tal como la recepción de mercancías o el adecuado uso del almacén. Desde muy pequeño desarrollé una especial afición por los deportes y los idiomas, dos factores clave en mi vida. El primero me hizo valorar, aprender y compartir las necesidades de un grupo y el segundo me permitió avanzar en los conocimientos de una segunda lengua.

A causa de ésta último y tras haber alcanzado un alto nivel en esta materia, tuve la oportunidad de impartir clases en una academia situada en Gijón. Esto me permitió realizar dos cosas muy importantes: afrontar nuevos retos y, como experiencia humana, impulsar ideas y desenvolverme en las competencias educativas.

El compromiso, la adaptabilidad y la responsabilidad unidas al entusiasmo personal y profesional hacen que mi objetivo se centre en encontrar un trabajo orientado a la venta que me haga crecer al mismo tiempo que me permita aportar mis conocimientos e inquietudes.