Elevator Pitch o discurso de intermediación exprés

¿Alguna vez te has planteado vender un ventilador en el Polo Norte? ¡Pues tienes 2 minutos para que te lo compre!

 

Este sería el lema con el que podríamos introducir la estrategia de comunicación e intermediación sobre la que ha trabajado el equipo de la Lanzadera de Vila-real esta semana: el Elevator Pitch. 

 

Un discurso que tiene como objetivo poder despertar el interés de un reclutador, en el tiempo que transcurre un trayecto que va desde que cogemos el ascensor hasta que llegamos a una planta doce. Es decir, en un tiempo no superior a los 2 minutos.

 

Para ello es muy importante todo el trabajo que hemos realizado durante todo el mes de abril, el cual se ha centrado, fundamentalmente, en el autoconocimiento.  Una tarea para nada sencilla y que nos ha ayudado no sólo para identificar nuestro puntos fuertes y competencias, sino también para conocer cuál es nuestro objetivo profesional. De este modo, será mucho más sencillo elaborar un discurso que nos permita tener éxito en, por ejemplo, una futura entrevista de trabajo.

 

Y, ¿Qué necesitamos para elaborar un buen Elevator Pitch? La estructura para que nuestro discurso pueda llegar a tener éxito debe responder sobre todo a las siguiente 4 cuestiones:

 

  1. Quién eres: en el que no solamente nos identificaremos a través de nuestro nombre y estudios realizados, sino que también deberemos dejar claro cuál es nuestra vocación.
  2. Qué haces: en este apartado, hablaremos de nuestras habilidades y conocimientos que tenemos, añadiendo ejemplos y logros obtenidos a lo largo de nuestra vida laboral y académica. Para ello será fundamental haber trabajado muy bien el autoconomiento y así poder destacar cuáles son nuestras competencias más relevantes de cara a un mayor índice de éxito en esta estrategia de intermediación.
  3. Qué consigues. Qué puedes hacer por la empresa: llegados a este punto, intentaremos transformar esos puntos fuertes que tenemos en elementos que nos diferencien de otros aspirantes al puesto de trabajo u objetivo que nos hemos marcados. Todo esto, con la intención de hacer ver al reclutador que aquello que podemos aportar le puede aportar un beneficio a su empresa. Es decir, crear una necesidad en el entrevistador para que nuestra contratación esté más cerca.
  4. Qué quieres conseguir, cuál es tu objetivo: si nuestra intención es la de conseguir el número de teléfono del entrevistador, una entrevista, una oportunidad laboral o la posibilidad de un segundo encuentro, este es el momento de decirlo.

 

Si tras llevar a cabo este discurso somos capaces de convencer a nuestro reclutador, y conseguir así nuestro objetivo planteado en esta dinámica, no nos cabe duda de que seremos también capaces no sólo de vender un ventilador en el Polo Norte, sino también una crema antiarrugas para niños o una estufa en el desierto, entre otras cosas.