Cuencantados de asistir.

Cuencantados de acompañaros.

Martes, 25 de Abril, son las 8’00 h de la mañana y salimos hacia Cuenca, hoy toca devolver la visita a los compañeros de la lanzadera de Cuenca, Cuencantada2016.

Doce son los componentes de la lanzadera que se presentan. Sus perfiles, muy diferentes, nos ofrecen desde un “estudiante de culo inquieto” (así se autodefine), hasta un Licenciado en Filología Francesa, pasando por un carpintero y profesionales del diseño web y la comunicación entre otros.

Comienza el evento con un interesante taller a cargo de Elena Alfaro, personal manager y coach. Habla sobre inteligencia emocional, y asegura que ‘la motivación empieza por uno mismo’.

¡Cuenca se muere!, aseguran muchos, por supuesto hablamos de las oportunidades en el terreno laboral. ; por eso, los compañeros de Cuencantada proponen una mesa de debate al hilo de esta afirmación.

En ella invitan a reflexionar sobre las posibilidades de una ciudad que envejece, sin iniciativa ni trabajo, caminando hacia una evolución incierta.

Las soluciones a esta compleja situación pasan por buscar alternativas para:

- saltarse los impedimentos y la contaminación acústica (mensajes negativos que se oyen en bares, calles y mercados),

- adaptarse a los cambios hasta reinventarse, introducir el concepto de talento y fomentar la unión a través de un cambio de actitud para trabajar en red,

- o practicar el “espabilismo” término que introduce Rosa Mª Blanco y que, aunque no es de acuñación propia, ilustra muy bien cómo funciona buena parte de la sociedad actual.

A estas alturas del evento pensábamos que el listón de los contenidos estaba ya muy alto, no podíamos ni imaginar la lección de humanidad laboral y perspectiva angular ‘de radical opuesto a lo habitual’ que nos ofrecería en unos minutos Matías Figueroa, de Fundación Telefónica.

Un párrafo resume su brillante ponencia, en la que su principal propuesta es la de humanizar el mercado laboral:

‘Hay que mirar atrás para fijarnos en aquellos que lucharon por unos derechos y recuperar humanismo. Por supuesto, hay que buscar otro modelo de cultura empresarial; está claro que muy bien no lo hemos hecho hasta aquí si tenemos tan poco trabajo y tanta gente fuera’.

Con la idea de que ‘hay que poner a la persona en el centro y no al mercado laboral, para no robar la identidad a quienes no tienen trabajo’ como última reflexión terminó la intervención de Figueroa.

A partir de ahí pudimos disfrutar del tiempo de networking con un estupendo brunch. ¡Gracias por la experiencia compañeros de Cuencantada!, enriquecedora y actual.