Cómo afrontar un proceso de selección

 

Hoy ha estado en la Lanzadera Arantxa Vázquez, directora de Airhe y de Recursos Humanos de ‘Súmate’, para hablarnos de cómo debemos enfrentar un proceso de selección.

 

Para ella, estos procesos tienen 3 factores a tener en cuenta:

 

El entrevistador:

 

Los entrevistadores pueden clasificarse en dos grandes grupos, según si están más o menos especializados en procesos de este tipo.

 

Un entrevistador cuyo puesto de trabajo no incluya estar especializado en la selección de personal, tenderá a poner más filtros subjetivos en las entrevistas y a entrevistar de manera diferente a los candidatos, según sus propios juicios. Ante este tipo de entrevistador debemos evitar desilusionarnos y mantenernos constantes y asertivos toda la entrevista.

 

Alguien especializado en Recursos Humanos, realizará una entrevista más homogénea a los candidatos y carecerá de sesgos subjetivos, aunque no debemos olvidarnos de que también recabarán información de forma menos directa.

 

Informarnos gracias a recursos como linkedin, de quien será el entrevistador de nuestro proceso, puede darnos una idea del tipo de entrevista a la que nos enfrentaremos.

 

 

El candidato:

 

La tarea más importante que debe realizar el candidato es preparar la entrevista. Para ello debe conocer perfectamente su curriculum, informarse sobre la empresa y el puesto al que intenta acceder, preparar contestaciones para preguntas tipo y salidas asertivas a preguntas comprometidas.

 

Las competencias que resaltemos sobre nosotros mismos, debemos poder relacionarlas con una experiencia profesional o personal, para dar credibilidad a nuestras palabras. Además será una forma de sentirnos cómodos y conducir un poco la entrevista para contarle al entrevistador lo que queremos sobre nosotros.

 

Debemos realizar una escucha activa durante todo el proceso y estar atentos al lenguaje no verbal del entrevistador. La información que nosotros aportemos debe ser clara, para evitar malas interpretaciones. Debemos ir arreglados, ser puntuales, apagar el móvil… y sobre todo, pensar qué quiere la empresa y cómo podemos aportárselo.

 

El juicio sobre la entrevista:

 

Debemos tener claro que no siempre que no nos llamen tras una entrevista será nuestra culpa. Hay veces que procesos de selección se paralizan por diversos motivos, o que el puesto se cubre de manera interna y no llegamos a saber por qué no hemos conseguido el puesto.

 

Otras veces, el hecho de no conseguir un puesto se debe a que no nos adecuamos al perfil que cumplen, por lo que debemos autoanalizar de manera realista si cumplimos o no los requisitos. Incluso aunque a veces los cumplamos, quizá haya alguien que encaje más en la plantilla ya existente.

 

Ante todo, no debemos personalizar el no conseguir un determinado puesto y tenemos que presentarnos “reseteados” y con la motivación intacta ante cada nuevo proceso de selección.